La cultura Manteña-Huancavilca en la Fábrica Imbabura

Muestra. Los diseños fueron ampliados por el investigador Vicente Ayala a un tamaño aproximado de 24x14 centímetros, para facilitar su comprensión de la figura.
Muestra. Los diseños fueron ampliados por el investigador Vicente Ayala a un tamaño aproximado de 24×14 centímetros, para facilitar su comprensión de la figura.

En este sitio, ubicado en Antonio Ante, se inauguró una nueva sala de diseños precolombinos.

Redacciòn IMBABURA
‘Hilando el pasado’ es el nombre que se le dio a la sala de diseños precolombinos que el Ministerio de Cultura y Patrimonio, a través del complejo cultural Fábrica Imbabura, inauguró como parte de la muestra de la cultura manteño-huancavilca.

En el sitio se encuentran torteros, fusayolas, perinolas, volantes de huso o cuentas manteñas, que son unas pequeñas esferas, de uno o dos centímetros de diámetro, que contienen bocetos de reptiles, insectos, mamíferos y aves.

Vicente Ayala, quien estuvo a cargo del guion museológico y montaje de la muestra, explica que estas pequeñas esferas o canicas fueron trabajadas en barro por habitantes de la Costa bañada por el océano Pacífico, antes de la llegada de los españoles.

Según Ayala, es probable que los diseñadores se hayan servido de espinas de pescado para, mediante incisiones, representar los perfiles de animales que se encontraban en su entorno.

INVESTIGACIÓN. En la sala hay diferentes objetos que pertenecen a la cultura manteño-huancavilca. Es la muestra de la habilidad de los ancestros.
INVESTIGACIÓN. En la sala hay diferentes objetos que pertenecen a la cultura manteño-huancavilca. Es la muestra de la habilidad de los ancestros.

Alejados de la naturaleza
En las piezas expuestas en la sala es posible ver al hombre como cazador o danzante, también hay curiosas representaciones de dragones que, de acuerdo con Ayala, revelarían un contacto de nuestros antecesores con la milenaria y distante China.

“En los tiempos actuales, los habitantes no estamos integrados profundamente en la naturaleza. En las ciudades vivimos entre cubos de concreto y cristal, marcando celulares y luchando contra el tiempo y la distancia”, manifiesta el especialista en la reseña que se entregó sobre la sala.

“Por un momento imaginemos que estamos viviendo una existencia completamente diferente en un entorno de exuberante naturaleza. El estar rodeado de plantas, pájaros, insectos, peces… y de tanto observar a los seres que nos rodean se desarrolla la capacidad de dibujarlos e inclusive estilizar sus figuras”, agrega.

En detalle
Para Ayala, los habitantes pertenecientes a la cultura manteño-huancavilca ocuparon un territorio comprendido entre la isla Puná, que está frente al Golfo de Guayaquil y Bahía de Caráquez, durante un periodo comprendido entre el 500 y 1531. En este último año, Francisco Pizarro inició la Conquista española desde el río Santiago en Esmeraldas.

EL DATO
La muestra estará abierta al público de lunes a domingo, de 08:00 a 17:00, en la Fábrica Imbabura, ubicada en Antonio Ante, en Andrade Marín. “Trabajaron la cerámica con gran destreza, daban a las piezas un acabado de color negro o café muy pulido y brillante, decoradas con artísticas incisiones. La actividad textil era intensa, prueba de esto son las agujas elaboradas en hueso, oro, plata y cobre, además de los torteros o fuyasolas que empleaban como contrapeso para hilar el algodón y el pelo de llama”, explica Ayala.

“Estos torteros, o cuentas manteñas, eran verdaderas joyas hechas en barro que contienen preciosos dibujos sobre las superficies convexas de las pequeñas esferas, como de 15 milímetros de diámetro”, destaca.

“Nuestros antepasados debieron haber resuelto todos los problemas básicos de su existencia, como alimentación, vivienda, vestuario, salud… para dedicar tanto tiempo a la elaboración de estas joyas de barro”, menciona. (VMWF)