Fronteras olvidadas

Eduardo Naranjo Cruz

Las fronteras entre Estados son lugares generalmente despoblados, aquí no es así hay población que vive de lo que puede, sin beneficios ciudadanos: salud, educación y formas de sostenimiento, por tanto, son fácil presa del gran negocio de las drogas.

Flacso organizó una conferencia con especialistas que presentaron sus puntos de vista, incluidos dos colegas del diario El Comercio, que lo hicieron desde su perspectiva. entre el público hubo militares, policías y periodistas.

La información se resume en una falta de presencia del Estado, tema mencionado desde hace al menos 25 años y no ha pasado nada. El análisis pone en duda las acciones tomadas que muestran poco conocimiento del problema, falta de estrategias ante el monstruoso crecimiento de la producción de coca en el sur de Colombia, reparto peleado a muerte entre 12 o 13 grupos llamados “disidentes” que quieren administrar el negocio más grande del mundo.

Qué puede hacer un gobierno débil y un Estado sin recursos, lo único solicitar ayuda momentánea a otros países, que bien lo harán o sólo quedará en compromiso. Enfrentamos una complejidad de la que, como siempre, muchos políticos quieren medrar sembrado odio, otros al menos sugieren ideas parciales, evidenciándose que nunca hubo un plan para afrontar el problema que hoy es más difícil resolverlo, ya que ni los estados poderosos han podido hacerlo: es la lucha inacabada contra una economía subterránea que mueve billones de dólares en el planeta.

Si la sociedad civil no toma conciencia no habrá salida, siempre esperando que otros lo hagan. La esperanza tardía es crear mecanismos para ejecutar un plan, apoyados en los mejores conocedores del tema, que a más de datos puedan decir cómo resolver al menos parcialmente lo que se viene encima.

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