Democracia herida

Ceésar Ullóa Tapia

Si la política está entre el puente de lo impredecible y el hecho de que cualquier cosa puede ocurrir, entonces, las instituciones de la democracia están agotadas y quienes las dirigen han dejado de sintonizar con las legítimas demandas del soberano e incumplen las normas que permiten mínimos de convivencia social. Esta combinación de incertidumbre y fatalidad provoca la ley del qué me importa en cada ciudadano, pues cada cual creerá lo que le convenga, hará todo aquello que le dé ventaja y escalará rápidamente arrasando todo y todos. En otras palabras, la ley se convierte en algo relativo y de alta fragilidad.

La política en crisis es como un cristal que cuando se quiebra y resquebraja deja a los costados innumerables fragmentos de todo tipo. Su reconstrucción, aunque incluya el uso de un extraordinario pegamento y un artesano de primer nivel que la componga, dejará en sus distintas facetas un cúmulo de cicatrices que delatan su fragilidad.

En este contexto, donde la crisis institucional es evidente, porque tenemos un excontralor prófugo, varios ministros sindicados, un exvicepresidente privado de libertad, un fiscal destituido e investigaciones en marcha por financiamiento de campañas, no solo que se necesita un pegamento mágico, sino además la voluntad política de quienes conforman el sistema político para reconstruir la institucionalidad.

La fragilidad de la política, aunque no se resuelve con recetas o fórmulas establecidas, requiere de grandes dosis de unidad de los actores políticos y de los ciudadanos en términos de transparencia y combate a la impunidad, es decir que se da paso a un guerra sin tregua a la corrupción al costo que sea y con las bajas que eso signifique, caso contrario se seguirán tapando los huecos, que a la primera tempestad delatarán la debilidad del material con el que fueron tapados.

La cirugía mayor, metáfora de la campaña del Presidente, debe garantizar un Ecuador nuevo, remozado de certezas ante la fragilidad actual de sus instituciones y el ambiente corrosivo que ataca a los honestos y premia a los corruptos.

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