Cumbre inter-coreana

Luego de 68 años en guerra, el pasado 27 de abril las dos Coreas tuvieron una cumbre de presidentes que si bien no es la primera, nunca antes se habló de emprender un proceso de paz. Esto tiene connotaciones enormes para la geopolítica mundial.

La península coreana está en guerra desde 1950, pese al armisticio que Corea del Norte firmó en 1953 con la ONU, no con Corea del Sur. Desde entonces el paralelo 38 ha dividido a los dos países en la denominada Zona Desmilitarizada que es, paradójicamente, la frontera más militarizada del mundo. La Guerra Fría tuvo aquí la única confrontación “caliente”, dejando una estela de más de 3 millones de muertes, atrocidad y ruinas.

Corea del Sur quedó como uno de los países más pobres del mundo con índices económicos más bajos que Haití. Las minas y fábricas trabajadas por Japón durante su coloniaje en Corea (1910 – 1945) estaban en el norte. Ello nos da la dimensión del actual desarrollo económico de Corea del Sur, donde el ingreso per cápita supera los US$30 mil anuales y tienen marcas de jerarquía mundial, como Samsung, Kia, Hyundai o LG.

Corea del Norte hoy, con un sistema totalitario donde el poder se hereda, la economía está en solapas, con el cada vez menor apoyo de China. La situación es insostenible y creo que allí está el kit del asunto. Corea del Norte busca emular a China, abriéndose al mercado pero con el gobierno del partido. Eso le garantizaría a Kim Jong-un, luego de los tratados de paz, seguir en el poder y emprender un proceso de cooperación económica con Corea del Sur.

El presidente del Sur, Moon, así como el de China, Xi Jinping, han jugado un papel preponderante en este acontecimiento histórico, aunque silenciosamente. Muchos escépticos piensan que no hay que creer al joven Kim, pero hay señales positivas. En pocas semanas va a darse una cumbre entre Kim y Trump; será la primera cumbre en la historia entre Corea del Norte y EE.UU. Kim decidió igualar la hora con la de Corea del Sur, lo cual es indicador de una búsqueda de integración. Ha ofrecido desmantelar su base nuclear en un corto plazo, invitando a presenciarlo a expertos y periodistas extranjeros. Si ello ocurre, será un paso enorme y una buena noticia para el mundo.

Resulta vergonzoso que la Cancillería ecuatoriana no haya hecho hasta este momento un comunicado oficial, saludando el éxito de la cumbre. Al Ecuador esto le interesa no solo como un país que saluda la paz sino porque estamos en la cuenca del Pacífico y debemos empezar a ver no solo hacia el norte, sino hacia donde el intercambio cultural y económico puede ser sumamente beneficioso.

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