Apoyo al Cpccst

ORLANDO AMORES TERÁN

La soberanía radica en el pueblo, cuya voluntad es el fundamento de la autoridad (Art. 1 de la Constitución). La Asamblea Nacional, carece de autoridad, porque varios de sus miembros no fueron elegidos por el pueblo, son producto del fraude sistémico, a través del CNE, según Mangas, cónyuge de la canciller. Por tanto, es una desvergüenza que asambleístas deslegitimados pretendan fiscalizar el ejercicio del mandato popular, realizado a través de los actos idóneos, legales, éticos y por tanto legítimos, de los miembros del Cpccst, presidido por el doctor Trujillo.

Además, el órgano legislativo no tiene facultad para interpretar la voluntad popular, expresada en una Consulta, que contiene un mandato, que consiste en eliminar los mecanismos implementados en la década infame, para cooptar todas las instituciones, procurar impunidad y cumplir las consignas que ordena la franquicia Irán-Cuba. Vivimos momentos de amenaza, por parte del cinismo insolente, que se tomó la institucionalidad pública. No podemos seguir las normas jurídicas únicamente. Hay que responder con la legitimidad que nos da el mandato popular, por encima de la supuesta «legalidad» que invocan algunos asambleístas, para burlarlo, como lo han hecho a lo largo de estos once años.

Son tiempos para la heroicidad, el destino nos ofrece la oportunidad de moldear esta época trágica de castro-narco-comunismo, mediocridad, saqueo, despilfarro, improvisación, terrorismo estatal; y convertirla en una nueva sociedad de libertad, valores, dignidad y patriotismo. Nuestra paciencia se agota y debemos hacer callar a esos «asambleístas» que no nos representan, para que se escuche solo el mandato del pueblo. El pronunciamiento popular es de obligatorio e inmediato cumplimiento (Art. 106 inciso tercero de la Constitución). Por tanto, los «asambleístas» no pueden alterarlo. En caso de hacerlo, sus actos carecen de eficacia jurídica, por mandato del Art. 424. El pueblo dispuso destituciones, no evaluaciones. Hacer respetar el mandato. Apoyar al Cpccst, es nuestro deber cívico, ante el ataque de la impudicia organizada.

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