Digna presentación de Garzón en Madrid

Clase. Templado muletazo de David Garzón en Madrid. (Foto: Las Ventas)
Clase. Templado muletazo de David Garzón en Madrid. (Foto: Las Ventas)

Por: Santiago Aguilar

ENVIADO ESPECIAL

Una esforzada y digna presentación cumplió ayer el novillero ecuatoriano David Garzón en su debut cumplido ayer en la Plaza de Toros Las Ventas de Madrid ante un lote de novillos que no le ofrecieron opción de triunfo; a la escasa condición de las reses se sumó el vendaval que incomodó su quehacer durante la lidia de su segundo ejemplar.

Más allá de las complicaciones, el torero quiteño tuvo la disposición de ánimo y la claridad de ideas para mostrar su pulcro concepto durante varios pasajes de su comparecencia en la arena de la primera plaza del mundo.

En el que abrió plaza, David logró dibujar naturales manejando con temple la muleta en cuanto su deslucido oponente se lo permitió, como buen trazo tuvo el toreo al natural, empaque y gusto mostraron los remates con el pase de pecho. El deslucido novillo ofreció apenas un puñado de medias embestidas que pronto se fueron apagando al punto que el compatriota debió tomar la espada para manejarla con efectividad.

Su buen tono tuvo su labor en el que abrió plaza, el mérito del valor en el cuidadoso manejo de los engaños fueron las características de la firme faena ante el violento astado corrido en cuarto lugar. Con determinación David aguantó amagos y cornadas para tratar de torear con la mano diestra, consiguiendo estimables muletazos en los que evidenció toreo de buen trazo. El deslucido oponente más la molestia del viento terminaron de malograr las ilusiones del torero quiteño que no logró mostrar su real capacidad en el ruedo madrileño; sin embargo, su concepto y actitud llamaron la atención de quienes atestiguaron el primer episodio de la feria más importante del mundo.

El lamentable encierro de Guadaira marcó el curso de la novillada al punto que Carlos Ochoa y Ángel Tellez tampoco pudieron triunfar; el caso es que la fría tarde madrileña se saldó con sucesivos silencios posteriores al quehacer de la terna de jóvenes novilleros.

Más allá del resultado artístico, la valiosa actuación de David Garzón se convierte en una efeméride pues, por primera vez un torero ecuatoriano formó parte de los carteles de la prestigiosa Feria de San Isidro.