La candidata

AUTOR Freddy Rodríguez

Nuestra política exterior ha contado con prestantes ciudadanos, que han ocupado importantes cargos en organismos internacionales, convirtiéndose en motivo de orgullo para el Ecuador. Leopoldo Benítez, Galo Plaza, José Ayala, Diego Cordovez, Alfonso Barrera, entre otros, hicieron de la carrera diplomática el norte de sus vidas, ejerciendo sus funciones con capacidad, mesura, responsabilidad y rectitud, defendiendo siempre con altivez los intereses de nuestra patria, siendo firmes en sus convicciones democráticas y de permanente defensa de los derechos humanos. Es de lamentar que en la década correísta, y en lo que va de este gobierno, la política exterior haya sido manejada por personas con un criterio absolutamente sesgado, alineados totalmente a sus posiciones ideológicas, tomando partido siempre por los gobiernos afines a su “proyecto político”, sin importar que esos regímenes sean corruptos, violen sistemáticamente los derechos humanos, y se aparten desembozadamente de los cánones democráticos. La canciller María Fernanda Espinosa ha decidido que quiere presidir la próxima Asamblea General de la ONU, contando para ello con el apoyo del Presidente. La actuación de la Canciller ha sido, por decir lo menos, vergonzosa, cuando ha tenido que referirse al oprobioso gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, amparándose en el “principio de no intervención” para no condenar a un déspota que, a sangre y fuego, anhela mantenerse en el poder indefinidamente, a costa del hambre y las penurias del noble pueblo venezolano. Las loas y ditirambos que prodigó al crápula nicaragüense Daniel Ortega y a su esposa, la esotérica ‘Chayo’ Murillo, son dignas de constar en la antología del disparate: según la Canciller, Ortega y Murillo son ejemplos de “participación política”, “han sabido conducir a su pueblo hacia el bienestar y la justicia social”. Sergio Ramírez, exvicepresidente en uno de los mandatos de Ortega, afirma que la revolución nicaragüense es “un verdadero descalabro ético”, pero para nuestra Canciller es un modelo a imitar. Con esas credenciales, la señora Espinosa quiere dirigir la Asamblea General de la ONU. Sobran más comentarios.