Carlos Nell Guzmán

POR: Luis Fernando Revelo C.

Al cumplirse 25 años del fallecimiento del prestigioso maestro Dn. Carlos Nell Guzmán, la Casa de la Cultura, el GAD Municipal de Cotacachi y la familia del prestante ciudadano cotacacheño, le rindieron pleito homenaje de gratitud y reconocimiento el pasado Martes Cultural, a quien fue oficiante ilustre del arte musical, cultor del ideal artístico de terrígenos caracteres.

Su pasión por este arte empezó desde muy pequeño, convirtiéndose en un autodidacto, gracias a su enorme capacidad intelectual. Su plinto inspirador lo encontró en su padre, Don Enrique Guzmán. Junto a su hermano Paulino, compositor musical e integrante de la famosa Banda Rumba Habana, desarrolló su inclinación y apego por la música nacional e internacional.

Tuvo a su haber alrededor de 60 composiciones musicales con ritmos ecuatorianos e internacionales: ‘Mi Ciudad Blanca’, ‘Miriancita’, ‘Jenny’, ‘Brisas del Ecuador’, ‘Notas de Alegría’, ‘Un Romance’, ‘Si pudieran volver los tiempos idos’, entre otras.

Su nombre repercutió triunfante en varios concursos y festivales, en dignidades desempeñadas con honestidad, en membresías, en merecidas condecoraciones. Del seno de su proficua existencia, de su hogar formado con la Sra. Eulalia Chiriboga, donde procreó seis hijos: Marcelo, Fernando, Nelson, Myriam, Carlos y Jenny, emergió la figura del hombre bueno y del artista eximio.

Su vida fue cegada, cuando apenas frisaba sus 62 años de edad. Muere siendo un gentil caballero del arte musical. Se silenciaron sus instrumentos de cuerda y teclado; pero vive en los ecos sonoros de sus composiciones musicales, en sus himnos cívicos, donde cada sonido de la cuerda trovadora son dulces ritornelos que llegan con sutilezas de ocarina para acariciar los oídos de quienes las escuchan.