Transición política

César Ullóa Tapia

Aunque parezca elemental, una transición en el sistema político significa pasar de un estado a otro en el sentido de propiciar una cultura diferente en temas como la construcción y fortalecimiento de la ciudadanía, la democracia, el imperio de la ley y el compromiso cívico para que no solo sea el Estado el que vela por nosotros, sino que también nosotros hagamos una contribución permanente en el desarrollo de nuestra sociedad desde el rol que cada uno desempeña.

En estos términos, Ecuador vive una transición intensa, pero además profunda y amplia, ya que está de por medio desbaratar la estructura de la revolución ciudadana en varios ámbitos, como el diseño institucional, el autoritarismo, el clientelismo, pero sobre todo la corrupción, que si bien no es un elemento exclusivo del correísmo, en este periodo levantó vuelo y se naturalizó desde las más altas esferas del Gobierno, sino veamos a un exvicepresidente sentenciado y preso, varios exministros prófugos y las exautoridades de control huidas de la justicia.

Uno de los aspectos de mayor complejidad es el “desmontaje ideológico” del correísmo, por cuanto hay un conjunto de prácticas y aberraciones conceptuales que están impregnadas en un importante segmento de la población, como esas frases que repetía el líder populista en las sabatinas y en los medios públicos: “la dictadura del amor”, “el Presidente es el Jefe de todas las funciones del Estado”, “el día que nació la democracia y con ella, esa niña de nombre Megan”, “ la prensa corrugta (así con g)”, “los cadáveres insepultos” cuando se refería a los ancianos que nos han devuelto la esperanza.

Por algo hay que comenzar el desmontaje en la transición. Es ahí donde entra el Consejo de Participación Ciudadana Transitorio con muestras de voluntad política y acciones concretas, como evaluar y, de ser el caso, cesar en funciones a quienes son los responsables del sistema de justicia que justificó la arbitrariedad como práctica bajo el cuento chino de que hay edificios nuevos, de los cuales también se deberá revisar los contratos de construcción y sus beneficiarios.

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