LIBER ANDRADE SALAZAR
Conforme los artículos 151 y 154 de la Constitución, el Presidente designa los Ministros que le representarán en asuntos propios de cada cartera, son de libre remoción, responsables política, civil y penalmente de sus acciones, ejercen las políticas públicas del área, así como expiden acuerdos y resoluciones administrativas para materializar el plan de Gobierno.
A las puertas de un año de la posesión del Presidente de la República, ha decidido pedir la renuncia al equipo ministerial para evaluar sus gestiones técnicas-políticas y así emprender el segundo año en pos de estabilidad política de su Gobierno, que se ha visto en ascuas por la ruptura de su movimiento, la trama de corrupción en las que se encuentran sus excompañeros, problemas de la frontera norte del país.
Para los ecuatorianos, ninguno de los ministros pasaría la prueba de idoneidad, capacidad, ejecutividad y transparencia política; pues uno de los parámetros incumplidos es que todos tuvieron directa o indirectamente vinculación con el indeseable Correa, conduciéndolos a adoptar actitudes tibias y soterradas. Por tanto, deberían ser sometidos a enjuiciamientos políticos por parte de los ecuatorianos, porque la legislatura está lejos de cumplir con ese papel. Ante solo la renuncia de los que ocuparon las carteras del Interior y Defensa, la Asamblea debió inmediatamente instaurar el proceso político contra ellos y también contra la Canciller de la República.
Por eso, el 24 de mayo, debemos ser informados con el nuevo equipo ministerial que permitan realmente conocer el rumbo en materia económica, social, laboral, política antidrogas, defensa de la seguridad interna y externa. No podemos seguir con noticias de medio pelo, frente a la galopante acción delincuencial común, cuello blanco, falta de empleo y acceso real de jóvenes a las universidades. [email protected]