MA. ALEJANDRA SALAZAR MURRIETA
Hace años se comentaba con entusiasmo, cuando algún bachiller de nuestros colegios al dar las pruebas de admisión en universidades como Espol o ESPE quedaban ubicados entre los primeros lugares de estas pruebas. Ese resultado en muchas ocasiones nos hizo sentir que el nivel educativo en nuestra provincia era realmente significativo.
Hace unos meses se conocieron los resultados obtenidos en las pruebas ‘Ser bachiller’, examen que ahora es obligatorio para que estudiantes de tercero de bachillerato se gradúen; es decir, esta prueba vendría a ser el examen de grado que se receptaba en otrora. Los resultados no son halagadores. En resumen, se podría decir que esta provincia se ha quedado a remediales, aunque bien podría decirse que perdió el año.
Debo asegurar que este resultado no me asombra, pero sí me deja un sinsabor. Es notorio que el nivel de conocimientos de muchos chicos es bastante nulo, sobre todo en áreas de cultura general. Lengua, Matemáticas y Ciencias, fueron evaluadas y no superadas. Entre los comentarios que leí destaco uno realizado por un docente en el que recalca que en estos últimos años se ha dejado de lado la capacitación docente por parte del Ministerio a cargo y que de forma particular les resulta difícil por los costos de una capacitación.
En días pasados un comentario acerca de un informe enviado por el gerente de una institución pública, en el que aduce que en Esmeraldas no encuentra el personal calificado para la realización de algunas tareas específicas, generó malestar en la población. Dejando de lado nuestros sentimientos, si nuestros jóvenes no están recibiendo los conocimientos que necesitan, no nos debe extrañar que luego cuando salgan al mercado laboral sus capacidades sean limitadas.
Esmeraldas debe cambiar y ese cambio se dará en la medida en que le demos a la educación un lugar importante, porque para el crecimiento de nuestra tierra se necesita de personas preparadas y comprometidas con el desarrollo.