Diplomacia absurda

Eduardo Naranjo Cruz

Mantener relaciones productivas entre países requiere de habilidad y conocimiento, la historia de la diplomacia mundial recuerda embajadores que, en diferentes momentos, lograron gestionar adecuadamente nexos positivos entre estados, gracias a su conocimiento geopolítico, su cultura y acervo legal lograron superar situaciones desventajosas para sus países y hasta evitar la guerra.

Dentro de la carrera diplomática hay verdaderos profesionales, como también de los otros, que solo están para el paseo y la farra y peor todavía aquellos que son designados fuera del servicio como “cuota política”, es donde entran toda clase de elementos, quizá unos valiosos por su cultura, así como otros por la oscura habilidad de ser lambiscones de todos los políticos. Un embajador representa con altos méritos y dignidad a su país, sin embargo, fuera de unos cuantos excelentes, hemos tenido representantes que son una verdadera vergüenza y que nos muestran ante el mundo como un país, peor de lo que realmente somos.

La embajadora en Qatar, Ivonne Baky no deja de sorprender, apareció al ámbito público con Bucaram y siguió medrando de largo, con Gutiérrez se embarcó en el fallido negocio de Miss Universo, sobre el que la Contraloría estableció glosas, luego con Correa siguió triunfal y finalmente con Moreno es embajadora en un lejano país árabe, quizá convenció una vez más por su esposo libanés y comerciante de armas, en todo caso los méritos supuestos serán su grande e imparable lengua, porque acciones valiosas no se la conoce, pero su habilidad para mover “contactos” sí.

Será posible que de ese país tengamos contactos positivos por su gestión o simplemente será un paseo pagado por los ecuatorianos, para beneficiar al círculo íntimo de libaneses dueños de nuestra economía.

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