Hola soledad…

Investigadores norteamericanos e ingleses descubrieron que si no se trata, la soledad no sólo es físicamente dolorosa, sino que puede tener consecuencias médicas. Estudios epidemiológicos vinculan la soledad y el aislamiento social con las cardiopatías, cáncer, depresión, diabetes y el suicidio.

Vivek Murthy, autoridad sanitaria de Estados Unidos, escribió que la soledad y el aislamiento social van “asociados con una reducción de la expectativa de vida similar a la causada por fumar quince cigarrillos al día e incluso mayor a la que se asocia con la obesidad”.

Siquiatras y sicólogos sostienen que la ansiedad por la soledad es común. Al parecer existen dos causas principales de soledad. Una: las sociedades han adoptado una cultura de individualismo. Existen muchas más personas que envejecen en soledad por el constante declive de las asociaciones civiles, organizaciones vecinales, grupos religiosos y otras fuentes tradicionales de solidaridad social.

Dos: las empresas de tecnología, particularmente de celulares, hace diez años prometían que sus equipos ayudarían a crear comunidades y relaciones significativas. Con el tiempo, evidencian los expertos que el sistema de las redes sociales profundiza divisiones tanto a nivel individual como grupal.

Se insiste en que jóvenes o viejos están en riesgo de estar solos. En países como Estados Unidos y el Reino Unido son los pobres, desempleados, desplazados y las poblaciones migrantes quienes sufren más por soledad y aislamiento. Su vida es inestable, al igual que sus relaciones. Cuando se sienten solos, son los menos capaces de conseguir apoyo médico o social.

Millones de personas sufren por la falta de conexión social. Ya sea que cuenten o no con un ministerio para la soledad, merecen más atención y ayuda.

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