Posiciones ambiguas

EDUARDO CHIRIBOGA APONTE

Ciertas decisiones del primer mandatario del Ecuador, Lenín Moreno, desconciertan. Su posición ante las crisis en países hermanos es tibia. La no injerencia en asuntos internos de otros países es una política de Estado, pero de ahí a cegarse ante la avalancha de venezolanos que huyen de un sistema político que ha sumido en la pobreza a las grandes mayorías, causado por un sistema de cooptación total de todas las instancias, parecido al que instauró Correa en nuestro país, con la evidente derivación de una corrupción generalizada basada en la impunidad, esfumando los espacios donde la oposición pueda hacer algo, sobre todo, tratándose de una dictadura militar camuflada y para rematar que la propia Vicepresidenta y Canciller sigan alabando tal írrito y obsoleto sistema, deja una sensación de incertidumbre generalizada, que solamente Moreno puede disipar.

Que el marido de la aún Canciller haya asegurado que Moreno llegó al poder gracias a un fraude y que su esposa siga tan campante, usando millones de dólares de los ecuatorianos para lograr la presidencia de la ONU, cargo honorífico que pagaremos todos, logrado gracias a las estadísticas falseadas enviadas durante una década al mundo por el anterior régimen y que todo siga igual que como que aquí “no ha pasado nada”, deja un sabor amargo.

Lo rescatable de don Lenín, hasta la fecha, aparte de su apertura al diálogo, es el cambio del fracasado equipo económico y el apoyo al Consejo de Participación Ciudadana Transitorio, cuyas ejecutorias son aplaudidas por el 80% de compatriotas. Sin embargo, habiendo pertenecido al grupo humano que nos desgobernó por 10 años, debe en el fondo sentirse entre la espada y la pared. Por lo que, para insistir en “tapar el sol con un dedo”, las dos alas de asambleístas de AP aún se unen cuando toca defender lo indefendible, volviendo a dejar una estela de dudas en el fondo de su pensamiento.

Ya con una justicia más libre y con una Fiscalía que sindique a nuevos peces gordos en los procesos penales, que todos conocemos, don Lenín va a tener que hacerse un mea culpa en lo personal y terminar de re-enrumbar la patria hacia senderos del progreso y transparencia que todos exigimos.

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