Divisiones morenistas

Salvatore Foti

Parece que los cambios políticos y económicos que el gobierno de Moreno quiere realizar empiezan a sufrir tropiezos y reveces que prefiguran una muy difícil época legislativa. La mayoría que el Ejecutivo podía ostentar en la Asamblea y, más aún, las mayorías que se necesitan dentro de las diferentes comisiones, parecen empezar a quebrarse y a dar la razón a las fuerzas políticas opuestas al régimen.

El ejemplo más evidente, justo en estos días, es el de la Comisión de Fiscalización, que no contó con los votos necesarios para recomendar o archivar un eventual juicio político en contra de los vocales del Consejo de la Judicatura. Una prioridad para Moreno y, por ende, un desafío a su autoridad inclusive dentro de su mismo partido.

No olvidemos que, además, en otras comisiones, especialmente la de Regímenes Económicos, se siguen evidenciando serias dificultades a la hora de proponer y promover las propuestas que llegan desde Carondelet. Pequeños síntomas, por ahora, de una gravísima enfermedad que más temprano que tarde empezará a manifestarse con virulencia.

Estas divisiones (y quién sabe si traiciones) afectan especialmente a la “renovada” AP y solo hacen más ardua la labor del Presidente, quien deberá necesariamente negociar hasta el cansancio, hasta con los sectores que no necesariamente reflejan su visión. Tenemos un Ejecutivo más débil y, por lógica, el tiempo solo podrá ablandarlo más y más hasta hacerlo muy vulnerable a las arremetidas de sus enemigos, entre los cuales, no lo olvidemos, está el expresidente Rafael Correa.

Moreno ya cedió a muchas presiones, pero siempre logrando, a cambio, algo beneficioso por el país y por sus cálculos. Pero las cosas parecen cambiar y lo que ayer eran peticiones respetables de sus seudoaliados podrían volverse muy pronto ineludibles chantajes políticos.

Estemos todos y todas muy atentos, pues no debemos permitir que haya organizaciones políticas que tengan de rehén al Presidente y, peor aún, ahora que estamos vísperas de elecciones para alcaldes y prefectos en el país. Necesitamos de un Ejecutivo sólido y una sociedad vigilante.

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