Rodrigo Santillán Peralbo
¿En qué manos ha estado el país? Existe imputación de delitos, unos más graves que otros, con claros indicios de convicción al ex presidente Correa en el caso del secuestro del político Balda, mientras se alistan nuevas acusaciones que involucran no sólo al exgobernante, sino a varias personalidades que desempeñaron altos cargos durante la “década ganada”, perdida o robada según cada preferencia.
Ya nada es insólito ni sorprendente. Aquí todo puede pasar a vista y paciencia de este pueblo mentido, engañado y constantemente manipulado por intereses políticos, muchos de ellos inconfesables, pero que serán conocidos, porque no se los puede ocultar indefinidamente.
Existen delitos que deben ser esclarecidos por la justicia, pero con sumo respeto a los derechos de los acusados y al debido proceso. Todos deben ejercer libremente y sin miedo el derecho a la defensa para que se diferencie de los procesos ocurridos durante el correato.
Existe una larga lista de hechos delictuosos que requieren urgente atención: corrupción total, sobreprecio en obras, establecer responsabilidades en el descalabro del IESS, en el endeudamiento agresivo, en venta anticipada de petróleo, construcción de hidroeléctricas y refinerías.
Hay crímenes que necesitan urgente solución y reparación: asesinato del general Gabela, de Quinto Pazmiño y su esposa, el del periodista Fausto Valdivieso y muchos más que son reseñados por la extraordinaria periodista de investigación Mariana Neira. La obscura y tenebrosa década debe ser investigada en profundidad.
La justicia podría reparar los daños perpetrados contra los acusados por el 30S, a los dirigentes sociales, a los casos de los estudiantes de los colegios Mejía, Central Técnico, Montufar o los casos Dayuma, Lara, M. Pick, los 10 de Lununcoto y otros.