MESÍAS MESTANZA SOLANO
Según nuestra legislación, el cheque en el Ecuador es una orden incondicional de pago, es decir, un mandato puro y simple para que el banco pague al beneficiario el importe constante en dicho instrumento; entendiéndose que quien está autorizado para girar cheques es o debe ser, al menos así se concibe, una persona de reconocida solvencia moral y económica, y, de no ser así, la legislación ecuatoriana durante mucho tiempo hizo constar en el Código Penal anterior una disposición en el Art. 368 una amenaza para quien gire cheques sin la provisión de fondos, cuya pena era de tres meses a dos años de prisión, que servía de una medida de presión, a efecto de cumplir nuestras obligaciones.
El legislador derogó esta disposición legal del Código Penal, lo que quiere decir que el giro del cheque sin la provisión de fondos ya no es delito, siempre y cuando la cuenta no esté cerrada, caso contrario sería una estafa; por supuesto que aunque haya desaparecido la acción penal en el cheque sin provisión de fondos, no quiere decir que no se pueda cobrarlo, porque la acción civil no ha desaparecido; pero si se ha girado un cheque en cuenta cerrada, la pena será de uno a cinco años de prisión; mas, como el legislador a toda costa trató de evitar medidas cautelares por cheques, lo eliminó al 368 del Código Penal, esto, debido a que en el Ecuador se ha venido y se sigue utilizando el cheque como instrumento de crédito, cuya falta de pago se debe reclamar en acción civil, porque no hay prisión por deudas.
Hemos de entender entonces que si se reciben cheque, hay que saber a quién se reciben, pero el riesgo siempre existirá. El cheque funcionaba bien cuando la gente aún mantenía los valores de la moral en el grado más óptimo, pero ahora ya no podemos hablar de esta manera, puesto que hasta la gente que era correcta ya se ha contaminado debido a que hasta las leyes derogadas los favorecen. Tenga mucho cuidado al recibir un cheque, prefiera la transferencia o el depósito en efectivo.