Pedro Moncayo sigue vigente

POR: Luis Fernando Revelo

Con desbordante elación vital la maestra otavaleña Lola Orbe Carrera nos comparte los versos que brotaron de su admirable veta poética:

“La prensa y los libros fueron su tribuna,/ desde ellos Moncayo vertió sus reproches/ para los tiranos y vertió las luces/ de sus ideales por la Patria libre/ ¡Cómo se bosqueja ya en él un Montalvo/ con rebelde pluma/ y con desengaños y dolor de exilio”.

Cuando recordamos 211 años del advenimiento a la vida del distinguido hombre público, el Dr. Pedro Moncayo y Esparza, el hombre de poderosa inteligencia y vasta ilustración, el preclaro ibarreño, el auténtico jurista, el legislador connotado, el destacado internacionalista, el periodista de fuste y el luchador inclaudicable contra el militarismo prepotente y el “floreanismo aberrante”, nos congregamos el día de ayer en el parque que lleva su nombre, en el Salón de Recibo de nuestra ciudad, para refrescar la corona que exornó su vida rociándola con un pleito homenaje que le tributó las autoridades y la ciudadanía ibarreña.

Cuánta razón tuvo Gonzalo Mata Ordóñez cuando decía: “Un arder incesante de vida en vértice de ideal fue la existencia del ibarreño Moncayo. Para él existió el combate por la Patria, nunca la camorra personal, sino la rectitud lidiadora del alma – espada y luz”. Moncayo fue figura plutarquiana, pluma de pedernal, águila caudal en las letras del periodismo de fuste. Allí dan su testimonio El Quiteño Libre, La Linterna Mágica, El Progresista, El Rebenque, El Viejo Chihuahua, entre otros.

Se ha silenciado su huracanada personalidad; inadvertidos pasaron sus exilios fragosos. Hoy más que nunca recobra su oriundez el credo de Pedro Moncayo, que es el credo de la ibarreñidad, de las virtudes, de la ilustración y de la justicia.