Nos vale nuestra niñez

Salvatore Foti

En el país no hay autoridad que no hable de la importancia de la niñez y de sus derechos. Qué descaro y cinismo hacia nuestra juventud, que en realidad solo sufre abusos y violencia por los que, a la hora de la hora, nadie hace nada. La gota que derramó el vaso es la desaparición de una niña en la provincia de Sucumbíos.

Un hombre que, como si fuera Pedro en su casa, llegó a la escuela en la que la niña se encontraba y simplemente se la llevó por la fuerza. Este hombre es al parecer la misma persona que la niña había ya acusado de violencia sexual. Es evidente que ni la policía, ni el Ministerio de Educación están en capacidad de prevenir o al menos responder con rapidez y profesionalismo al enésimo abuso infantil. A esto solo debemos añadir los centenares de casos denunciados ante la justicia y que seguramente quedarán (en su mayoría) en la impunidad, para finalmente entender que es importante hacer algo.

El mismo Presidente ha denunciado la explotación infantil en el campo laboral, pero esto no es más que palabras vacías sin consecuencias. O si no recorran las calles de las principales ciudades y verán a cientos de niños obligados a pedir caridad para satisfacer a los ogros que en algunos casos tienen la mala suerte de llamar “padres”.

¡Pónganse a trabajar! Comuníquennos cómo siguen los procesos que “deberían” castigar a abusadores sexuales y explotadores de niños. Cuéntennos si ha habido consecuencias para los perpetradores o si se han dejado solas a las familias; rescaten a la niña secuestrada y abusada, que haya consecuencias severas para los criminales. Parecería que la política ha tomado la atención de la justicia, pues los que la hacen valer se han concentrado en satisfacer al dueño de turno, olvidándose de nuestros hijos e hijas.

Devolvámosle la dignidad a nuestra niñez. El mundo empieza a mirarnos y no podemos mostrar que en el Ecuador hay gente que no duerme con tal de obtener resultados políticos y revanchas personales, las cuales parecen estar por encima de la justicia social o de las formas más sencillas de hacerla valer. Nuestra prioridad es la juventud. Hagan algo, ¿o acaso les vale?

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