Por qué nos pasa lo que nos pasa

Por. Rocío Erazo

Abordar el mito de las carencias, que lleva a una gran cantidad de personas a perder tiempo, dinero y esfuerzo en suplementaciones de escaso, nulo o hasta contraproducentes resultados.

En primer lugar, porque pensamos que los estados carenciales son solo consecuencia de la falta de nutrientes. En segundo lugar, porque intentamos resolverlo, inclinándonos por el facilismo de las fuentes inorgánicas. Y, en tercer lugar, porque mientras tanto nos “distraemos” del verdadero problema en resolver, perdemos tiempo y vamos agravando un desorden que luego “explotará” bajo otro síntoma.

Cuando uno profundiza en el orden fisiológico, tanto corporal como nutricional, está claro que no necesitamos suplementos. Y menos aun cuando provienen de fuentes sintéticas o artificiales. Muchos se llenan con cotidianas dosis de compuestos inorgánicos, sin imaginar que ello incrementa el desorden.

Por tanto, resulta útil y conveniente comprender claramente por qué nos pasa lo que nos pasa, para evitar dar “manotazos de ahogado” (eso son los fármacos). Habitualmente son “carencias nutricionales” que son apenas, un síntoma de algo mucho más profundo. El cuerpo humano no puede asimilar ningún elemento inorgánico.

Por tanto, el consejo es apuntar siempre al orden fisiológico interno, manteniendo al organismo libre de acumulaciones tóxicas a través de la depuración, con lo cual garantizamos la adecuada autorregulación, hay que limitarnos a consumir siempre productos en su estado natural.

¿Y porque hablo?, porque existe un sin números de seres humanos que atraviesan síntomas de enfermedad, como diabetes, gastritis, dolor de articulaciones, en fin, lo que debemos saber es que hay muchas cosas que podemos hacer para mejorar nuestra calidad de vida, esto significa: buen nivel de energía, adecuado manejo del estrés, retardo del proceso de envejecimiento y ausencia de los desequilibrios que se dice “enfermedad”. ¡A auto repararnos y autoregenerarnos! Cambiemos hábitos.