Alerta, alerta…

Patricio Durán

“Alerta, alerta, alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina…”, es el eslogan que coreaban los simpatizantes del socialismo del siglo XXI, pretendiendo adueñarse de la figura y del pensamiento del Libertador Simón Bolívar, para impresionar, seducir y reclutar a los incautos que creen en estos cantos de sirena y ruedas de molino.

En la actualidad, denuncias de corrupción se apilan en Brasil, Bolivia, Argentina, Nicaragua y Ecuador, todos países aliados del socialismo del siglo XXI, a lo que debe añadirse lo que sucede en Venezuela. El modelo de gobierno, que incluye favoritismos en contratos y estrategias para combatir los capitales privados no aliados, comienza a mostrar su quiebre en Latinoamérica.

“Todo por el bienestar de los menos favorecidos, de aquellos que fueron espoliados por la burguesía de ayer y de hoy, por el imperialismo. La derecha es muerte, nosotros somos vida”. “Todo para el pueblo, nada para nosotros”. Frases grandilocuentes como estas conforman la retórica del socialismo del siglo XXI, pero los hechos en América Latina están derribando el antiguo mito de la superioridad moral de la izquierda.

Los gobiernos que le dan soporte a la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA), se están estremeciendo con escándalos de corrupción. En Brasil, el histórico líder del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inacio Lula Da Silva, va a dar con sus huesos en prisión por corrupción y lavado de dinero; en Argentina, luego de salida de los Kirchner, se comienzan a destapar las fétidas ollas de corruptelas. En Nicaragua, la represión del dictador Ortega acumula más de 300 muertos.

En el Ecuador, con la orden de prisión preventiva al expresidente Rafael Correa Delgado, podemos decir “alerta, alerta, alerta que camina, la alerta roja para Correa el de la sabatina”.