La economía se enfría

EDUARDO CHIRIBOGA APONTE

A pesar de que las cifras muestran un incipiente crecimiento económico nacional, el pulso que se siente en las calles, en los almacenes, en el comercio y, sobre todo en el sector agropecuario, es la falta de circulante. Cabe indicar que cada vez que el Estado emite bonos o recibe nuevos créditos, la inyección de dinero que llega dinamiza la economía, pero de manera artificial y temporal.

La política del anterior régimen, que contó con históricos ingresos, acostumbró al aparato productivo a contratar obras millonarias y de toda envergadura. La mayoría con sobreprecios que reducen la eficiencia en su ejecución. De ahí que de las ocho hidroeléctricas, tres trabajan y lo hacen con fallas estructurales y contractuales, por citar un ejemplo. Y así son todos los contratos. Es el factor K que le dicen. Esta política corrupta que siempre ha existido, pero que en el correato se intensificó al límite, debido a la impunidad construida por el equipo y la estructura que instauró quien hoy, muy suelto de huesos, se autocalifica como perseguido político.

La crisis financiera heredada debe ser subsanada en un par de años, siempre y cuando se corrijan los excesos del gasto público de manera abrupta y no con paños tibios como lo están haciendo. Hay que sincerar la ejecución de las obras erradicando los sobreprecios. Imagino que ser fiscalizador de las inmensas construcciones debe ser muy bien remunerado tras bastidores… y esto debe terminar. La viveza criolla nos hace daño como país. Y pienso que Moreno quiere transparentar tal situación.

Pero la complicada situación se siente más en el agro. Todo lo que se produce está por los suelos, el cacao no es rentable y todo el mundo está sembrándolo por falta de alternativas. La palma ya no es negocio y se está muriendo con una plaga letal. El camarón ha bajado de precio. La ganadería en pequeña escala no es rentable. Y así podría citar innumerables casos.

La solución reside en cambiar la estructura de comercialización, duélale quien le duela. Y esto no tiene tinte político. Somos un país caro para producir y al productor no le llegan más que migajas. Esperemos que Moreno y su equipo, al fin lo entiendan.

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