La voluntad del Arcángel San Miguel fue quedarse en Salcedo

DEVOCIÓN. La fiesta mayor se caracteriza por la fe de sus fieles. (Foto: Archivo La Hora)
DEVOCIÓN. La fiesta mayor se caracteriza por la fe de sus fieles. (Foto: Archivo La Hora)

Una vez que las fiestas del Príncipe San Miguel de Salcedo entraron a formar parte de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, comenzaron los preparativos para conseguir el respaldo necesario y homenajear al santo patrono, del 27 al 29 de septiembre y del 7 al 8 de octubre por el mercado de Salcedo.

La Fiesta del Príncipe San Miguel guarda un sincretismo entre el acto religioso (en el cual se agradece por los dones y favores concedidos con una misa campal) y el acto social. Aquí se unen todas las manifestaciones culturales.

Entre los personajes que forman parte del desfile en honor a este personaje se encuentran: los priostes, los saumeriantes, los capariches, los champuceros, el abanderado, los loantes, los guacos, los peluqueros y las camizonas o guarichas. Estos últimos ponen orden al público para que puedan bailar sus compañeros.

El Dato
La primera fiesta en honor al Príncipe San Miguel se realizó el 29 de septiembre de 1573. Desde ahí, cada año se hace la celebración.

La participación activa de sus portadores ha permitido que esta manifestación se mantenga viva como parte de la identidad de los pobladores de Salcedo, en Cotopaxi, señaló el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC).

El papel de los personajes

Los priostes, entre ellos Marco Jiménez, jefe del Cuerpo de Bomberos de Salcedo, comenzaron a buscar el apoyo de instituciones, clubes y organizaciones afines. Esperan que puedan contribuir con los arreglos, pirotecnia, comida, banda de pueblo, comparsas y más. Mientras que el alcalde Héctor Gutiérrez anunció que se designó un presupuesto de 95.000 dólares para estas celebraciones.

PERSONAJES. Los abanderados tienen un rol importante en las fiestas religiosas. (Foto: Archivo La Hora)
PERSONAJES. Los abanderados tienen un rol importante en las fiestas religiosas. (Foto: Archivo La Hora)

Los sahumeriantes, que generalmente van delante de la imagen religiosa, son las personas encargadas de llevar pequeños recipientes con carbón encendido, donde colocan el incienso que emana un agradable olor. El humo que se eleva simboliza el ascenso de las oraciones de los fieles hasta Dios.

Los capariches llevan una máscara y una escoba de hierbas y bailan alrededor de la banda simulando barrer el espacio. Los champuseros pintados el rostro de negro cargan un balde con ‘champús’, una bebida de harina de mote con panela que es repartida entre los presentes.

Entre los personajes también destacan los loantes, una especie de poetas, que van vestidos con trajes vistosos, circulan sobre un caballo y son los encargados de recitar coplas y versos que se ajustan a la fiesta en la que participan.

Los huacos, vestidos de blanco, representan a los antiguos brujos, al poder de la naturaleza y al curandero. Llevan en sus manos un palo con calavera de venado que lo golpean fuerte contra el piso.

El arribo del ‘Príncipe’

Según la leyenda, el Arcángel San Miguel llegó de Roma a Guayaquil en el siglo XV y su destino final era Quito. Se lo llevó hasta una población llamada Bodegas (Babahoyo) y desde allí transportaron la imagen, a lomo de mula, hasta que hicieron una parada en el Tambo de Molleambato.

Al día siguiente, cuando intentaron levantar nuevamente a la imagen, esta se volvió tan pesada que fue imposible. Ante esta novedad, el sacerdote del lugar viajó a Quito para informar de lo sucedido a sus superiores.

Después de comprobar la versión del religioso se dictó una resolución en el sentido de que la imagen del Arcángel San Miguel se quedara en Salcedo, como patrono del cantón, ya que “así parece ser su voluntad”. (CM)