Amnesia senil

Kléber mantila

La desmemoria de funcionarios convocados a declarar por desfalcos, crímenes organizados y el tejemaneje de fondos públicos parece una epidemia de alzheimer. La pérdida de capacidad de mantener una conversación y responder al entorno preocupa en investigaciones como el caso Gabela, con síntomas notorios en las declaraciones del prófugo de Bélgica.

Una pandemia de olvido colateral en casos como Petrochina, la auto-contratación de seguros estatales, el saqueo en Galápagos de barcos chinos, concesión lunática de puertos, reciclaje de funestas autoridades y rectores universitarios, la chifladura del edificio de Unasur; y peor, demencia burda en siniestros de tránsito.

Sorprende que en Guayaquil y Quito se pretenda endosar votos para las alcaldías con incondicional desmemoria senil. El puerto olvida la auditoría de más de una década y la capital lanza un candidato desconocido para expandir más la amnesia de las élites empresariales y bancarias. Pronto algún discurso xenófobo, racista o machista se apropiará del síndrome que evita la rendición de cuentas como eje de moralidad.

Lenín Moreno necesita apoyos fuertes y saneamiento pero cuando permite el continuismo cínico y solapado, su entorno se transforma en un escape retrógrado con rostro de debilidad. Así, la aplicación neoliberal de eliminar subsidios -gasolina o diésel- se paraliza o demora para no enfrentarse a contrapesos de alto riesgo: esas élites económicas mutantes, las transnacionales titánicas, la dirigencia mafiosa del transporte y el renovado sindicalismo expectante.

El alzheimer no legitima aún una academia del transporte. Se olvida las peleas de taxistas contra conductores con Uber. Se olvida del ciclópeo de multas descentralizadas más caras que en Europa y EE.UU.

¿Acaso no será demencia senil eso de instalar radares en carreteras para cobrar a la clase media y sin capacitar a los choferes asesinos?¿No será amnesia política lanzar candidatos sin debatir la situación del taxismo, el parque automotor, el congelamiento de pasajes urbanos y rurales, el mejoramiento de servicios públicos y la reducción de accidentes en las vías? Quizás no.

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