Oda a la vulgaridad

MA. ALEJANDRA SALAZAR MURRIETA

“Toda acción genera una reacción”, esta frase un tanto resumida, es como se suele interpretar la famosa y conocida Tercera Ley de Newton, divulgada en 1687. Esta Ley referente al principio de la Inercia se ha hecho famosa para ilustrar temas relacionados con el karma o cualquier cosa que no tiene nada que ver con la física. Lo loable es que se la conoce, aunque se desconozca su origen. Incluso, es muy probable que si le pregunto a algún joven si sabe quién es Newton me responda que no.

En nuestro medio se suelen popularizar con mucha facilidad situaciones, conductas y frases excesivamente vulgares ligadas generalmente a acciones negativas. Y son precisamente estas acciones o frases simplonas y no las de Newton o Cortázar las que se difunden a la velocidad de la luz.

Hace un par de días, producto de una entrevista televisiva, se captaron las impresiones de un joven el cual, por medio de una jerga nacida de las narconovelas y poca preparación, dejó entrever sus aspiraciones profesionales. El vídeo que sigue circulando ha dado pie a la propagación de sus palabras en diversos textos para distintos usos incluso comerciales.

En cierto sentido parece ser que es mucho más sencillo ser vulgar y corriente, que ser culto y educado y lamentablemente nos empeñamos en popularizar la ignorancia. Lo preocupante es cómo estas acciones, luego se convierten en un modelo a seguir por los más pequeños. Allí debemos estar pendientes para indicarles que estos ejemplos no son apropiados.

Entiendo lo complicado que es exigir a nuestros medios que sean más prudentes con todo aquello que difunden, entiendo también que hay una parte de la sociedad que no está siendo atendida en su nivel educativo, pero no podemos por ello empeñarnos en que todos nos vulgaricemos en aras de una igualdad mal entendida. Preocupa también la decadencia de la sociedad en la que vivimos, cuando vemos cómo endiosan a un patán callejero.

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