Trump

Franco Loyola

«Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.» (Romanos 13:1) El lema de la campaña de Donald Trump era: «Let’s Make América Great Again», que se podría traducir: «Hagamos a Estados Unidos grande de nuevo» Trump ganó, es el nuevo Presidente de una de las naciones más influyentes del mundo, que sin embargo ha perdido su poder.

No me llama mucho la atención de que los estadounidenses hayan tomado ese reto junto a él, el de hacer a USA grande de nuevo, sin embargo, el aspecto en el que se basan para pensar que ya no es una nación grande difiere de mi manera de ver las cosas. Se lo explico: me temo que lo que la mayoría de quienes apoyan a Trump quieren es que vuelvan a ser los más ricos y poderosos del mundo en base a una estrategia de «no te metas conmigo o ya verás lo que te pasa», lo cual podría funcionar en un principio pero luego devolverse como un bumerán y golpearlos donde más duele, en el ego!


¿Ha sido Estados Unidos una nación grande?, por supuesto que sí! y la razón es bien sencilla, se ganaron esa posición por que eran una nación cristiana, donde hasta la misma constitución daba honra y gloria a Dios! En la actualidad, gobernantes de muchas naciones del mundo han hecho lo mismo que los demócratas, aceptan el aborto, la homosexualidad y otras cosas como que no fueran pecado y por eso pagan un alto precio, pues Dios les de la espalda tal cual ellos lo han hecho con Él! Mi esperanza es que el Presidente Trump tome en cuenta a Dios, que él recuerde que la grandeza de una nación no se mide en dólares o números, sino en la manera en que la misma permite que Dios sea su guía y su fortaleza! Lo que Dios llamó pecado antes sigue siendo pecado ahora y los gobernantes que promueven el pecado dan vergüenza, chao Obama, chao Hillary, good bye!


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