‘Muerte cruzada’, ¿al servicio de quién?

En Ecuador todo se mueve con una velocidad y un estilo que siembran en amplios sectores de la opinión pública muchas preguntas difíciles e incertidumbre. Los frentes en los que una política de saneamiento está llamada a intervenir van desde la reestructuración de la Función Judicial y la conducción de la economía, hasta una necesaria sacudida a la Asamblea Nacional y un reordenamiento de las instituciones estatales.

Cobra fuerza la idea de aplicar la llamada “muerte cruzada” dispuesta por la Constitución. Sin embargo, ese severo “electroshock” podría resultar en males institucionales y sociales peores a los que vivimos hoy, dada la instabilidad en la que entraría el país en sectores tan sensibles como las relaciones internacionales (diplomáticas y políticas) y económicas en materia de inversiones de dentro y de fuera.

La fórmula genera mucha preocupación. Habría un momento en que en nos faltarían cabezas con las cuales dialogar, a las que pedir cuentas y que se encarguen de conducir la vida normal de todos. Basta fijarnos en nuestro pasado, en la historia vivida, para darnos cuenta que Ecuador no puede volver a los tortuosos e improductivos caminos que andamos y desandamos durante la década pasada.

El populismo es una “espada de Damocles” sobre todos los ecuatorianos. El cambio que tanto se pregona requiere actuar con energía, pero con prudencia y contención. La “muerte cruzada” nos devolvería a la hiperbolización de recetas jurídicas y económicas que la fiebre populista empleó y que nos condujeron a los problemas de todo tipo que nos agobian, entre ellos ese pulpo de mil tentáculos que es la corrupción.


El aumento del conocimiento depende por completo de la existencia del desacuerdo”. Karl Popper Filósofo austríaco (1902-1994)

Llorar, sí; pero llorar de pie, trabajando; vale más sembrar una cosecha que llorar por lo que se perdió”. Alejandro Casona Dramaturgo español (1903-1965).