MESÍAS MESTANZA SOLANO
Tanto los usuarios de las vías así como los conductores tenemos que cumplir estrictamente con las normas que regulan el tránsito; así por decir los usuarios de las vías están obligados a comportarse de tal manera que no entorpezcan la circulación ni causen peligro; de igual manera los conductores están obligados a conducir extremando precauciones para controlar el vehículo que conducen para no poner en riesgo la vida, la integridad de las personas y sus bienes, especialmente cuando se trate de mujeres embarazadas, niños, adultos mayores de 65 años, invidentes e incapacitados.
Los conductores están prohibidos de conducir en estado etílico o narcotizado, puesto que los reflejos se disminuyen en forma muy considerable, anulándose la destreza y habilidad para conducir. Conductores y peatones debemos actuar con suma prudencia frente al semáforo, sin confiarse del mismo y peor de los instalados en nuestra provincia, puesto que al mismo instante están en rojo para las dos vías, produciéndose una seria confusión. Los peatones deben aprender la cultura del tránsito; pues en Santo Domingo como en ninguna otra Provincia es desastrosa; nadie acata la ley y peor el reglamento; para los peatones y para muchos conductores, los colores en el semáforo que son los indicadores de la circulación no son tomados en cuenta y cada quien hace lo que quiere; hasta confunden que el color amarillo del conjunto óptico es para prevenir y parar la circulación vehicular, pero aquí más bien aceleran para “ ganarle al dispositivo”. Si de embriaguez hablamos en los conductores, recordarán que cuando la tolerancia era 0.8 gr. de licor por cada litro de sangre, había muchos conductores que conducían en estado etílico, pero el legislador con el ánimo de controlar esta situación, rebajaron la tolerancia a 0.3 pensando que la drasticidad de la ley sea la solución, pero ocurrió todo lo contrario; ahora los conductores ebrios han aumentado en cantidades muy superiores. Por todo esto diremos que la cultura del tránsito en el Ecuador está en cero. En transporte público es cero tolerancia. Que se les haga un examen de alcoholemia al iniciar el viaje.