París se apunta a la moda de los ‘cafés de gatos’

AMIGOS. En el ‘Chat Mallows café’ están gatos de todas las razas, como los Sphynx, conocidos como mininos sin pelaje o gatos egipcios. (Foto: ABC Color)
AMIGOS. En el ‘Chat Mallows café’ están gatos de todas las razas, como los Sphynx, conocidos como mininos sin pelaje o gatos egipcios. (Foto: ABC Color)

Redacción EFE

Tomarse un café escuchando el ronroneo ‘medicinal’ de un gato y observando su sinuoso movimiento empieza a ser tendencia en París, donde dos establecimientos brindan a los vecinos de la capital y a turistas la posibilidad de relajarse del estrés urbano junto a los felinos.

Esta moda, que se inició en los países asiáticos, se ha popularizado en la ciudad del Sena gracias a los poderes curativos y tranquilizadores que se atribuyen a los mininos.

“Vienen jóvenes estresados que salen de sus clases o del trabajo para relajarse porque el ronroneo de los gatos está científicamente aprobado que tiene propiedades relajantes”, contó una joven empleada del establecimiento ‘Chat Mallows café’, situado en el barrio XV (oeste), una de las zonas pudientes de la ciudad. La carta no está “recomendada para los diabéticos”, agregó irónicamente la chica, quien citó un amplio abanico de repostería, así como suculentos batidos y helados.

Además de los parisinos, este tipo de cafés, que adquieren con el tiempo un olor asociado a los felinos, lo visitan también turistas españoles, portugueses, brasileños, todos ellos curiosos por conocer la sensación de degustar una bebida rodeado de gatos.

Los protagonistas del local, las mascotas, campan a sus anchas por todos los lados y duermen entre los clientes en el acogedor local repleto de ventanas. Son animales que se han criado en interior y no les gusta salir al exterior.

“Les cambiamos los urinarios, les damos de comer y de beber, les cortamos las uñas, les limpiamos los ojos y las orejas”, detalló la mujer.

Sin embargo, esta tendencia no suscita la unanimidad de todos, pues hay quien critica la iniciativa por considerar que es una manera de explotar a los animales para fines comerciales.

Nada más lejos de la realidad, aclaran desde el ‘Chat Mallows café’, desde donde aseguraron que la idea es salvar a estos mininos de las calles o sacarles de las protectoras de animales.