En la playa de Briceño se respira tranquilidad

PLAYAS. Canoa, que está a pocos minutos de Briceño, es otro de los sitios en los que se disfruta a plenitud. (Foto: YouTube)
PLAYAS. Canoa, que está a pocos minutos de Briceño, es otro de los sitios en los que se disfruta a plenitud. (Foto: YouTube)

Los habitantes de este rincón manabita están listos para recibir a los turistas.

El balneario de Briceño, ubicado entre San Vicente y Canoa, al norte de Manabí, ofrece extensas y tranquilas playas para disfrutar de un refrescante baño en las aguas marinas, realizar caminatas y degustar de la sabrosa gastronomía.

Esta pequeña comunidad, donde se destacan casas rústicas construidas con madera, pertenece al cantón San Vicente. Se levantó con el esfuerzo de sus pobladores tras el terremoto de 2016 y ahora es el punto de encuentro para eventos de renombre nacional e incluso internacional, como son los festivales de la langosta y el langostino, que se realizan en Semana Santa y en agosto de cada año, informa Jorge Risco, presidente de la comunidad y promotor turístico.

Estos crustáceos son el ingrediente principal de la gastronomía que se oferta en en el sitio, teniendo en cuenta que sus pescadores son los que las sacan del mar que baña a la comunidad.

ENGANCHE. La gastronomía es una de las cartas de presentación que tienen en Briceño. (turismo.gob.ec)
ENGANCHE. La gastronomía es una de las cartas de presentación que tienen en Briceño. (turismo.gob.ec)

El viaje
Llegar a Briceño, sitio que se levantó en la desembocadura del río del mismo nombre, es fácil y no hay por donde perderse, asegura Risco. Sugiere, para quienes no tienen auto propio, embarcarse en las unidades de las cooperativas Reina del Camino, Coactur y Carlos Aray y quedarse en el mismo poblado, o si llegan de poblaciones cercanas, las cooperativas intercantonales o interparroquiales están disponibles todo el día.

Este lugar manabita está a apenas 8 km al norte de San Vicente, en la vía que conduce a Canoa, es decir que se encuentra en la mitad de las dos poblaciones, desde donde se realiza un recorrido de aproximadamente ocho y diez minutos en auto.

Pero también es posible disfrutar de una placentera caminata, al filo de la playa, entre estas poblaciones y regocijarse de la tranquilidad que brindan sus playas.

Como es un lugar pequeño, carecen de hospedaje, pero Risco asegura que los visitantes pueden hospedarse en San Vicente, Canoa y Bahía de Caráquez, Chone, Tosagua y otras poblaciones cercanas, donde se encuentran hoteles, cabañas, hosterías y departamentos al alcance de todos los bolsillos.

Para descansar
El presidente de la comunidad asegura que la playa de Briceño es la más adecuada para que las personas consigan un verdadero descanso y tomen un refrescante baño sin peligro alguno, porque es una playa amplia y tranquila, donde además se practican deportes acuáticos como el surf.

Además, la amabilidad de sus habitantes y cómo atienden a cada turista en los restaurantes y bares que se extienden al filo de la playa, es su tarjeta de presentación. En cuanto a la gastronomía, la langosta y el langostino puede saborearse en esta época, pues no están en veda, pero también ofertan el cangrejo azul, el camarón, las conchas, los pescados, los ceviches y más. Es una zona donde la variedad culinaria le ha dado un toque especial, señala Risco. (CM)

Cómo llegar
° A Briceño se llega luego de salir de San Vicente, por el norte, hasta llegar a un redondel con una vía que conduce a la playa. Apenas bastan cinco minutos en auto o 15 minutos de caminata para arribar al sitio.

Canoa está muy cerca
° La parroquia rural de San Andrés de Canoa, que está a 8 km de Briceño, tiene un sinnúmero de áreas naturales para recorrerlas, como la playa, que tiene una extensión de casi 2 Km. A esta se la conoce como ‘Segunda Montañita’, por su ambiente. Para los amantes de la naturaleza, uno de los mayores atractivos es el Peñón de Piqueros Patas Azules y las dunas de arena.

Hacia el sur está una plataforma para la práctica de parapente y alas delta. También cuenta con hermosas ensenadas, como Punta Chinita y Punta Barquito, en la cuales hay playas vírgenes y privadas.