George Gershwin

Mayra Aguirre Robayo

Rhapsody in blue (Brooklyn, 1924) del compositor norteamericano George Gershwin (1898-1937) encaramela a los que disfrutamos el jazz. En 1924 la música sinfónica se meszclaba con los sones de los negros. Causó polémica semejante fusión entre lo serio y lo ligero. Similar a Astor Piazzolla que anidó el jazz con el tango arrabalero de la Argentina. Los grandes compositores buscan el ritmo, la armonía.

Sus sinfonías clásicas rompieron la tradición estadounidense – desde lo popular- enraizadas con las tradiciones musicales europeas. Estudió piano, cantó, montó teatro en Broadway en Nueva York. Liszt, Chopin, Debussy eran parte de sus compositores favoritos. En almacenes de música tocaba el piano y promocionaba con su canto partituras de ópera ¡Qué tiempos aquellos! La música clásica viene de la litúrgica y lo secular desde el siglo XI hasta la actualidad; la ópera desde el siglo XVII es un género musical teatral escénico. El jazz surge en Luisiana, nace de los negros esclavos del Occidente de África.

La Fundación Filarmónica Casa de Música (unión de la antigua Sociedad Filarmónica de Quito y de la Fundación Casa de la Música Hans y Gi Neustaetter) con la dirección del afamado Álvaro Manzano -Director de la Orquesta Sinfónica y Ópera- Ha sido pedagogo y conferencista y es decano del Conservatorio Franz Liszt.

En el piano concertó la intelectual y pianista uruguaya Amparo Méndez-Carrión (su primera creación de música incidental figura en la banda sonora 34, coproducción argentina-japonesa) y la violinista Midori Goto japonesa-norteamericana ha debutado con el pianista Leonardo Bernstein. El Concierto para Piano y Orquesta en fa mayor (1925) con el piano alcanza el clímax y termina en candeza; el segundo movimiento se enlaza al blues, transporta con altura el jazz a lo clásico.

En La Obertura Cubana (1932) Gershwin incorporó el goce corporal caribeño. El músico mulato Ignacio Piñeiro (formó el Septeto Nacional de Cuba), autor de Échale salcita, no fue consultado por George Gershwin. Se emocionó que su folklore resalte aliento la salsa y lo clásico.

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