El matrimonio entre tsáchilas y chachis ya no es un impedimento

Conocimientos. María (izq.) es tsáchila, pero ha aprendido a tejer artesanías en paja toquilla, propias de los chachis.
Conocimientos. María (izq.) es tsáchila, pero ha aprendido a tejer artesanías en paja toquilla, propias de los chachis.

En la provincia hay uniones entre familias tsáchilas y chachis. Nadie se ha opuesto.

Redacciòn SANTO DOMINGO

La relación entre los chachis y los tsáchilas gira sobre el comercio informal. Los primeros proveen sus artesanías a los nativos de Santo Domingo, mientras que los otros garantizan que la materia prima llegue para esa producción.

Pero ahora estos acercamientos tomaron otro giro, pues la convivencia de chachis dentro de los hogares tsáchilas, donde ya no hay solo relaciones laborales, sino de enamoramiento, ha provocado que se unan.

El exgobernador tsáchila, Javier Aguavil, comentó que estos lazos se han dado por las ayudas que se prestan entre ellos y por lo que viven cerca la convivencia es diaria. Agregó que no es mal visto dentro de las comunas este tipo de asociaciones, porque las dos nacionalidades son indígenas. “Sería inaceptable que un tsáchila contraiga matrimonio con un mestizo, en ese caso sí hay problemas y son expulsados de la comuna”.

Mencionó que dentro de los estatutos que rigen a las poblaciones, no se especifica algún castigo o prohibición acerca de estos matrimonios.

Mientras tanto, por parte de los chachis, comentaron que tampoco no han existido negativas para que esto se dé. Se sabe –dicen– que hay dos parejas que están asentadas tanto en las comunidades tsáchilas como chachis, pero creen que hay más.

Compromiso. María y Nicolás trabajan y juntos mantienen a su familia.
Compromiso. María y Nicolás trabajan y juntos mantienen a su familia.

Historia
Luz María Calazacón contrajo matrimonio con un chachi. Con su esposo, Nicolás Añapa, se lleva desde que ella tenía 8 años, en la población tsáchila El Cóngoma, donde estudiaba en una de las escuelas del sector. Además, trabajaba con el abuelo de ella. “Es así como lo conocí y nos enamoramos”, indicó la mujer, quien se unió con él cuando tenía 14 años.

EL DATO
Una de las ventajas de la unión de estas dos nacionalidades es que hablan tres idiomas: chapalá, tsáfiqui y español.
Desde entonces, ha tenido que compartir su amor, como sus tradiciones y su lengua. Luz ha aprendido a hablar el chapalá, que es la lengua nativa de los chachis. Solo escuchando conversar a su pareja empezó a captar el idioma, hasta que ha logrado desenvolverse en este con más fluidez. Así como ella, sus ocho hijos también saben el tsáfiqui, el chapalá y el español.

Nicolás expresó que ya llevan alrededor de 30 años casados y que en la actualidad viven en el asentamiento chachi. (CT)