Los otros millennials

César Ulloa Tapia

El peligro de la generalización acerca de los millennials o Generación Y es creer que son los mismos en cualquier parte del mundo como si sus condiciones de vida, comportamientos, intereses, usos, accesos y hábitos de consumo de la tecnología fuesen iguales en Estados Unidos, Japón o cualquier país de Latinoamérica, peor aún de África. Las dimensiones socioeconómicas, culturales y políticas determinan cómo este segmento de la población construye su realidad en relación con sus pares y con las generaciones que les anteceden. Esto determina sus expectativas de vida y, por lo tanto, el de sus países, si se considera que nunca antes en la historia se produjo un cambio generacional tan drástico, por lo que significa su tamaño poblacional en el segmento que va entre los 16 a los 35 años. En Ecuador, para citar un ejemplo, llegan a los cuatro millones de personas.

Los otros millennials representan un segmento de la población invisibilizado por diferentes hechos que se producen en sus propios territorios como aquellos que están en condición de refugiados, los que protagonizan varias guerras en el papel de soldados como ocurre en Medio Oriente, los que se han desmovilizado de conflictos armados como el de Colombia, los que combaten en diferentes tribus en África e, incluso, los niños y las niñas que caminan a la Generación Y que son víctimas de trata, tráfico de órganos o esclavos del crimen organizado. Esos otros no cuentan en las definiciones clásicas que ahora se debaten.

En los otros millennials también se encuentran los reclutados por las pandillas centroamericanas, quienes componen los ghetos en los cinturones de miseria de los países desarrollados y también los que están en naciones en vías de desarrollo, pero también están los que viven en las zonas rurales y que salen de la dinámica urbana, aun cuando tengan acceso a las tecnologías de la información y la comunicación. De esos otros millennials hay tanto que investigar, explorar y salir de la idea prototípica que nos confunde, antes que iluminarnos bajo la comprensión de que hay diferencias entre personas del mismo segmento de edad que viven en mundos distintos.

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