A Otavalo

POR: Luis Fernando Revelo

Otavalo, la urbe magnificente de gloriosos destinos, la ciudad del hombre y del maíz que nacieron juntos al calor de la misma tierra, la fértil comarca besada cariñosamente por las ninfas de la azulina laguna y de las fuentes de cristal, el rincón poético imbabureño custodiado por el taita Imbabura y por magníficos picachos como los de Mojanda, Yanaurco, Fuyafuya, Golongal, este querido cobijo de suelo imbabureño, Otavalo, celebra alborozado sus 189 años de haber recibido del Libertador Simón Bolívar, la eximia categoría de ciudad. Otavalo es un símbolo de aquello que el Libertador vio en su torno, cuando buscó un cobijo en ella: símbolo de laboriosidad, de voluntad de progreso y de altivez.

La Casa de la Cultura Núcleo de Imbabura, le rindió a esta hermosa tierra sarance, el pasado jueves 25 de octubre, su homenaje de pleitesía en esta áurea etapa de sus fiestas de cantonización. La medalla Pilanquí se entregó en esta ocasión al distinguido pedagogo sanpableño, Dr. Cristóbal Flores Cisneros, reconociendo su enorme aporte en la educación y la cultura. Los señores Pedro Morales y Miguel Anrango, recibieron placas de reconocimiento por sus valiosos aportes a la plástica imbabureña y a la artesanía textil, respectivamente. Finalmente se presentó a la colectividad otavaleña el opúsculo Episodios del pasado de Otavalo, fruto de una labor de espigamiento fecundo en revistas y periódicos realizada por el Ing. Hernán Jaramillo Cisneros, sobre el pensamiento de un connotado otavaleño, injustamente olvidado, el Sr. José María Chaves Pareja.

Reiteramos nuestra enhorabuena por la fecunda trayectoria de Otavalo donde sus hijos han trazado, dentro y fuera de los linderos patrios, una fulgurante estela signada con logros de excelsa perennidad.