Roque Rivas Zambrano
Han pasado seis meses desde la muerte de Paúl, Javier y Efraín, equipo periodístico que fue secuestrado en la frontera y, hasta el momento, no se ha podido esclarecer completamente dónde estuvieron o quiénes los mantuvieron cautivos en ese trayecto.
Sin embargo, hay coincidencias en los testimonios que han rendido testigos protegidos. Los cruces en estas declaraciones indican que fueron llevados por distintos puntos, entre caseríos, fincas y sembríos de coca, y que estos lugares están perdidos en una zona fronteriza en completo abandono por parte de los Estados.
Aun cuando su muerte es un evento traumático para el país, y sobre todo para los familiares y colegas, existe la motivación de ir hasta las últimas consecuencias para esclarecerlo y para exigir que se haga justicia.
Una forma que los compañeros periodistas encontraron para honrar la memoria de los tres fue hacer una investigación titulada: “Frontera cautiva: tras los rastros de los periodistas ejecutados”. Este especial -que consta de cuatro artículos escritos, videos, fotografías y material infográfico interactivo- está alojado en la plataforma de ‘Forbidden stories’, un proyecto sin fines de lucro fundado por ‘Freedom Voices Network’.
Se trata de una red de reporteros cuya misión es continuar y publicar el trabajo de otros reporteros que enfrentan amenazas, prisión o asesinato. Quienes lo dirigen se pusieron en contacto con 19 periodistas ecuatorianos y colombianos que valientemente indagaron los motivos del secuestro y las circunstancias en las que el periodista, fotógrafo y chofer fueron ejecutados. Detrás de esta historia incómoda y prohibida hay vínculos secretos, negocios turbios, abandono social, silencio pero, ante todo, mucho miedo e impunidad.