Carnaval en el guardarropa

Pablo Vivanco Ordóñez

Las ideas cuando recorren apacibles en una sociedad, cuando ya han sentido la sofocación propagandística de quienes desean posicionarla, luego de que se normaliza en el imaginario colectivo, se convierten en sentido común, y cuando llegan al estadio del sentido común, no se piensan en su magnitud real y se repiten como estribillo sin previos cuestionamientos de su validez. Para esto, el debate y la confrontación de ideas son elementos necesarios, para volver los ojos, y el análisis sobre lo que estamos viviendo, pensando, repitiendo.

Las clases dominantes tienen mecanismos de difusión de sus ideas, que resultan muy efectivas al momento de instaurar una verdad. Digámoslo más sencillo, nos hacen pensar lo que quieren que pensemos, y en consecuencia dejamos de pensar en lo que les conviene que dejemos de hacerlo. Consumimos sin pensar lo que consumimos, por lo que el consumo se justifica solo por consumir.

En las sociedades tecnologizadas, el mundo exterior esta mediado por el aparato electrónico que nos permite dar cuenta de lo que pasa “allá afuera”, comunidades de guardarropa o de carnaval les llamaría Bauman, que viven del espectáculo permanente que se le presentan digitalmente, anulando así toda posibilidad de fortalecer lazos colectivos, porque cada uno interactúa con la máquina que lo une a los demás.

Esa realidad mediada por la tecnología, va anulando las posibilidades de mirar críticamente lo que se consume y admite como cierto. Estos espacios de opinión, sirven precisamente, para abonar una mirada alternativa que irrumpa lo convencional, y podamos mirar más allá del espectáculo, y más acá de la verdad imperturbable. Precisamente para que cuando salgamos del guardarropa no nos sorprenda el fantasma de Bolsonaro o el de Trump.

Reconocer las sombras que proyecta la luz con la que nos pretenden iluminar, son los resquicios que debemos reconocer para no únicamente ser funcionalmente ciegos a sus rutas, sino para resistir a esa dizque mano invisible, que opera los hilos del pensamiento colectivo. (O)

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