Liber Andrade
El Art. 97 del Código de la Democracia establece a los candidatos que se inscriban para Alcaldía y Prefectura, presentar un plan de trabajo que contenga un diagnóstico de la situación actual, objetivos generales y específicos, plan de trabajo plurianual estableciendo propuestas y estrategias a ejecutarse de resultar electos y, mecanismos periódicos y públicos de rendición de cuentas de su gestión.
Es lo primero que debería exhibir un verdadero precandidato, para en base a ello sus coidearios y electorado irlos escogiendo. No basta con presentarse y decir sé cómo hacerlo, como tengo dinero estoy presto a servir al pueblo, mis actos públicos pasados me han dado un vasto conocimiento de la realidad ciudadana, trabajaré con transparencia (o sea antes no lo hizo), voy a lograr un cambio en la comunidad y, un poco más de expresiones vacías que dejan entrever que no son precandidaturas con raigambre orgánico-popular-partidista o de movimiento alguno, sino de politiqueros, oportunistas e incluso apolíticos que, dicen estar iluminados para dirigir los destinos de quienes vivimos en las cabeceras cantonales y la provincia.
El electorado quiere saber cuál será el accionar del elegido en las ciudades respecto del agua potable, alcantarillado, planificación de movilidad humana, vivienda digna, recreación, recolección de basura, en el marco del sostenimiento de vida en un ambiente sano y ecológicamente equilibrado; en cuanto a educación, salud, comercio y trabajo informal, trabajo en general, arte y cultura, que den cuenta de una ciudad responsable en el área social-salud. En la prefectura, parte de lo anterior con la planificación equilibrada de obras de comunicación entre recintos, parroquias y ciudades.
Por eso el electorado de la provincia debe ser responsable el 24 de marzo de 2019. Prohibido equivocarnos.