Pablo Ruiz Aguirre
La semana pasada escuché a Juan, amigo de José, que éste último había visto en Facebook en el perfil de su mejor amiga, María, una publicación que esta última había compartido de su madre, Ana, quien a su vez había compartido una publicación de una página llamada “Loja siglo XXI doblemente oficial” que decía:
“Se confirma que en nuestros parques de la ciudad se está promoviendo la prostitución ilegal. Para ser precisos en el parque Central. Ello es corroborado, por una persona que estaba parada en la esquina del parque de la Madre que vio un día a una mujer en el parque de San Francisco caminando con falda. Ella, la mujer que vende su cuerpo fuera de la ley a criterio del hombre de la esquina, mantenía unos tacos demasiado grandes para ser llevados en la noche. El color de su falda era negro, es decir, demasiado provocativo y su pelo era la más grande evidencia de que era una trabajadora sexual por tres razones: a) no estaba en orden; b) era rojo; y c) se movía mucho con el viento, es decir, como que coqueteaba a su paso. OPINION: ¿cómo es posible que la prostitución sea promovida por el municipio de Loja, cuando la castidad debe ser defendida sin tregua alguna? ¿Cómo es posible que las principales autoridades de nuestra ciudad, las mismas que deben velar por orden moral y ético al no regular el trabajo informal permiten este tipo de actos reprochables para esta sociedad? Fuente: Loja siglo XXI triplemente oficial”.
Juan desde ese entonces se para todas las tardes a protestar en el parque de San Sebastián en contra de la Prefectura, porque también es un gobierno autónomo descentralizado, en contra del Municipio y también en contra de los grupos feministas que promueven el empoderamiento de los derechos de las mujeres por sobre sus cuerpos. Juan desde este momento histórico y revelador para él, ha creado un grupo de WhatsApp que se llama Loja siglo XXI doblemente oficial 2” En donde todas las tardes envía cadenas compartiendo la publicación que su amigo, José, compartió de mejor amiga, María, que compartió a su vez, de su madre, de una página.
Conclusión: O somos como Juan, o buscamos la verdad en todo para construir sociedad. «¿Tu verdad? No, la Verdad, y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela.» Antonio Machado. (O)