Los esbirros

Eduardo Naranjo Cruz

Si hay algo insoportable para la decencia de pensamiento es presenciar y escuchar a los esbirros, profesión de fe que utilizan continuamente hombres y mujeres con el propósito de alcanzar favores y beneficios de un poderoso. Es frecuente ver en televisión o escuchar a través de la radio a este tipo de abyectos seres, que opinan con desparpajo lo que les viene en gana, haciendo interpretaciones de una realidad y normas de derecho universales, con la aquiescencia de entrevistadores de poco pelo.

Es penoso saber el poco conocimiento sobre la importancia de los derechos universales consagrados por la ONU, que son los avances del desarrollo humano hacia un nivel superior, dejando épocas pasadas en que los seres eran tratados como animales cualesquiera.

La sustentación de las normas jurídicas viene de un largo proceso evolutivo y establecen toda una teoría que busca la protección de los débiles ante los poderosos y eso es lo que ahora reclama la sociedad con cierto frenesí, sin embargo, aún no se alcanza el mundo deseado, sigue existiendo un estado de barbarie en varios lugares del planeta, sin embargo, quienes creen en los principios del derecho continúan en una lucha permanente que dignifica la calidad humana.

Lo pavoroso es que en el país se siga manipulando los derechos de acuerdo a la conveniencia y con jueces mañosos que saben “doblar normas y derechos”, de forma despampanante ante el asombro, de quienes saben y conocen a plenitud la filosofía del derecho. La verdad es que los esbirros, hombres y mujeres siempre estarán en las sombras esperando recibir las migajas que el poder les deje caer en sus fauces. La calidad política en nuestras tierras está por los suelos y solo medran coyotes en un desierto de ética, hacen falta caballeros andantes.

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