Todo sería mera retórica

En tres frentes debería empeñar sus esfuerzos el presidente Moreno: dinamizar la economía y blindarla ante los avatares del escenario comercial y financiero internacional, energizar su imagen y profundizar la lucha contra la corrupción. En cada uno se exige una tenaz e inclaudicable batalla, que pasa por revolucionar desde dentro su régimen, refrescarlo y dotarlo de una estrategia que le asegure un fuerte protagonismo.

El primero tiene en 2019 un momento decisivo. El manejo eficiente del presupuesto y de las deudas externa e interna, la disminución del desempleo y la pobreza, y que los inversores internos y externos echen a andar a sus respectivas billeteras son “motores” que hay que hacer funcionar con determinación y prudencia a la vez. Los diálogos y los consensos tienen que transformarse en hechos.

La lucha contra la corrupción hasta el momento no abarca más allá de cabezas que pueden contarse con los dedos de las manos. Incluso a veces da la impresión de que el asunto solo concierne apenas a un par de cabezas visibles. De no ir a una “cirugía radical” ante tanta injusticia, la lucha contra la desigualdad, la inseguridad ciudadana, el crimen organizado y la defensa de los Derechos Humanos quedarán en hueca retórica.

El Estado de Derecho, construido con ingentes esfuerzos, no puede quedar a merced de la voluntad de los “gloriosos bravucones” de hace una década. El éxito en los frentes enumerados se nos revelan como decisivos, pero depende en gran medida de la energía, eficacia y valentía con que se ejerzan los liderazgos en cada uno de ellos y en quien nos preside.


El hombre no puede rehacerse a sí mismo sin sufrir, porque es a la vez el mármol y el escultor”. Alexis Carrel Médico francés (1873-1944)

¿Cómo edificar una personalidad mejor, sino sobre las ruinas de la anterior?”. John Fowles Escritor inglés (1926-2005)