Seguridad Social Solidaria

Manuel Salinas Ordóñez

La Seguridad Social se rige por principios como la solidaridad, obligatoriedad, universalidad, equidad, eficiencia, subsidiariedad y suficiencia, en función de los cuales se obtiene ingresos que permiten cubrir riesgos como: enfermedad, maternidad, riesgos del trabajo, vejez, muerte e invalidez que incluye discapacidad, cesantía y seguro de desempleo.

La solidaridad consiste en la ayuda entre todas las personas aseguradas, sin distinción de nacionalidad, etnia, lugar de residencia, edad, sexo, estado de salud, educación, ocupación o ingresos, con el fin de financiar conjuntamente las prestaciones básicas del Seguro General Obligatorio y básicamente se relaciona con la obligatoriedad aunque parezca contradictorio.

Si la seguridad social no fuera obligatoria no se podría mantener ni financiar los riesgos cubiertos, por ello y ante las prestaciones del Seguro Social como institución se debe reflexionar en nuestro espíritu solidario, es decir, ni siquiera pensar en que yo deba ser beneficiario del riesgo cubierto de salud, pero aportar con todo ahínco para que se pueda cubrir los gastos de aquella persona que sí requiere de una operación, de un tratamiento por enfermedad terminal, de aquel niño que se mantiene en una termo cuna, de aquella persona que requiere de cuidados intensivos, de miles de personas que se realizan diálisis y que sin la solidaridad de los asegurados con su aporte, morirían ante los altos costos en clínicas privadas por estos riesgos cubiertos por el Seguro Social.

Muchas veces pensamos en el aporte que hacemos a la Seguridad Social y que no recibimos ningún beneficio, deberíamos estar felices de no ser parte de aquellas personas que necesitan que se cubra el costo de su enfermedad, es inimaginable que por mi aporte de 80 o 100 dólares mensuales desee tener cáncer para poder recuperar lo que estoy aportando. Sería ilógico pensar que desee quedarme inválido para poder jubilarme por invalidez y recibir una pensión, en lugar de estar sano y poder trabajar sin ninguna limitación.

Nos molestamos porque tenemos citas médicas para dos o tres meses después, pero no pensamos que si estamos en esa situación es porque nuestra enfermedad no es grave y que por ello no debo hospitalizarme, puesto que si mi enfermedad fuera grave, terminal o requeriría de cirugía o tuviera un accidente de trabajo que me impida laborar, ahí gozaría de la solidaridad de la seguridad social. Entonces ahí comprendería que para realizarme una quimioterapia necesitaría tener mucho dinero. Por ello, es mejor aportar la cantidad que corresponda para ser solidario con quienes lo necesiten a tener que devengar mi aporte mediante una enfermedad catastrófica, un accidente de trabajo, una invalidez, etc.

Los funcionarios que forman parte del Seguro Social en la ciudad de Loja, vienen desempeñando un trabajo silencioso pero solidario y tanto en la Dirección Provincial como en las diferentes coordinaciones deben continuar su gestión para lograr que cada vez la seguridad social pueda cubrir con eficiencia y eficacia cada uno de los riesgos cubiertos en beneficio de quienes realmente lo necesitan. (O)