La austeridad perjudica a sectores sociales

Remo Cornejo Luque

Se puede concluir que el incremento salarial para 2019 será mínimo, al igual que el incremento de ingresos tributarios debido a las facilidades entregadas a los empresarios.

Que el Estado aportará el 40% de las pensiones jubilares en el 2019 por un valor de 1240 millones de dólares suena positivo y será utilizado por el gobierno para “dorar la píldora” del presupuesto para 2019, que tiene un monto propuesto de 31.318 millones de dólares.

La masa salarial se reducirá en 71 millones, lo que anticipa que el incremento de sueldos de diciembre -que solo beneficia a quienes tienen salario básico- será mínimo, o inexistente, teniendo en cuenta que la inflación acumulada no llega a un punto porcentual, lo que perjudica, ya por varios años, a los trabajadores que tienen sus ingresos congelados; también a jubilados y docentes ya que sus aspiraciones de incentivos, categorización y equiparación salarial no están tomadas en cuenta, aunque engañosamente Finanzas sostiene que no afecta sus derechos.

La escasa previsión de crecimiento, del 1.43% del PIB, se traduce en un reducido incremento de los ingresos tributarios de tan solo 160 millones, aunque, en los hechos es muy posible que más bien se reduzcan en función de las enormes concesiones que hizo la Ley de Fomento Productivo a los empresarios, reduciendo o eliminando el pago de impuesto a la renta en las nuevas inversiones.

Es la inversión la que se disminuye para generar la imagen de reducción del gasto, pues pasará de 4.156 millones en 2018 a 3.314 millones en 2019. En una sola obra vial ya se han comprometido la tercera parte de ese valor dejando otras obras, como las hidroeléctricas inconclusas, pero, claro, ya vendrán los capitales privados “a salvar al país” comprando esas hidroeléctricas, destinando esos ingresos para el pago de la deuda cuyo manejo en 2019 implicará 8.166 millones de dólares. El país se quedará endeudado y con menos activos. (O)