Hepatitis virales: un precedente para la cirrosis

PREVENCIÓN. La vacunación es importante, pero lo mejor para combatir la hepatitis es informándose. (Foto: Cortesía)
PREVENCIÓN. La vacunación es importante, pero lo mejor para combatir la hepatitis es informándose. (Foto: Cortesía)

El 95% de los infectados desconocen que tienen estas enfermedades. Pasan años antes de ser diagnosticados.

Marcos T. padecía de dolores abdominales, fatiga y falta de apetito. Síntomas aparentemente comunes y de poca alarma. Sin embargo, otras dos señales inusuales saltaron a la luz: sus ojos y piel se tornaron amarillos. Tras varios exámenes y análisis de laboratorio, fue diagnosticado con Hepatitis B, una de las cinco hepatitis virales que existen.

“Más de 300 millones de personas sufren estas afecciones en el mundo, de las cuales aproximadamente un millón terminan en muerte, en su mayoría provocadas por el virus de la hepatitis B y C”, expuso Javier Mora, hepatólogo del Instituto Ecuatoriano de Enfermedades Digestivas (Ieced), durante una de las charlas gratuitas a la comunidad que ofrece la entidad.

Las hepatitis virales se clasifican con las letras del abecedario y han sido bautizadas cronológicamente en el orden que fueron descubiertas. De ahí que son de tipo A, B, C, D y E. Estas inflamaciones pueden provocar desde una mala función del hígado hasta una insuficiencia hepática grave, como cirrosis y cáncer. Y, a diferencia de lo sucedido con Marcos, no todas generan síntomas de alerta, debido a que algunas son silenciosas. (PT)

Detalles
Lo que debe saber

° “El 57% de pacientes con cirrosis y el 60% de personas con cáncer de hígado (hepatocarcinoma) adquirieron estas enfermedades por causa del virus de la hepatitis B o C (el más crónico)”, indica el Dr. Mora, especialista hepático del Ieced.

° De acuerdo con la OMS, “se estima que hay 257 millones de personas con infección crónica por el virus de la hepatitis B, de los cuales 887.000 murieron en 2015, en su mayoría, debido a sus complicaciones (incluida la cirrosis y el carcinoma hepatocelular o cáncer).

La más común: la A

° La más conocida es la hepatitis A (VHA), pues es uno de los virus más frecuentes. Su transmisión es fecal-oral, es decir, provocada por el consumo de alimentos y/o líquidos contaminados con heces de una persona con VHA. Su reconocimiento es más fácil, ya que se produce una infección con malestares como: dolor de barriga, diarrea, fiebre y, en algunos casos, coloración amarilla en la piel (ictericia).

Este tipo de hepatitis se presenta con más periodicidad en niños. De acuerdo con los expertos consultados del Ieced, la mayoría de la población ha tenido Hepatitis A y su ventaja es que es autolimitada y tiene autorecuperación. Es decir, el mismo organismo es el encargado de eliminar el virus sin tratamiento. Además, se cuenta con vacuna.

Su desventaja es que, mientras más edad tenga la persona contagiada, mayor es el riesgo de desarrollar insuficiencia hepática. Por eso, es importante que los adultos mayores se realicen la prueba de sangre periódicamente para descartar cualquier contagio de este o cualquiera de los otros virus.

La más agresiva: la B

° Por otro lado, está el virus de la hepatitis B (VHB), que se divide en hepatitis aguda y hepatitis crónica. La primera es eliminada por el mismo cuerpo (al igual que el VHA), por lo que no presenta mayor riesgo para el paciente. Sin embargo, la segunda es la más agresiva de todas, debido a que persiste toda la vida.

La hepatitis B crónica se presenta pasado los 6 meses, y es más fácil de contraerla (como el VIH), ya sea por fluidos como la sangre, semen u otro líquido de una persona infectada, sobre todo, durante relaciones sexuales sin protección. También se puede adquirir por trasfusiones sanguíneas poco confiables, al reusar agujas, al manipular inadecuadamente los desechos médicos y durante el parto por infección vertical (de madre a hijo), entre otras causas.

“Actualmente existe una vacuna contra el virus de la hepatitis B y su efectividad es del 95%”, comentó Javier Mora.

La más silenciosa: la C

° La hepatitis C (VHC) es la más silenciosa de todas. Se trata de un virus asintomático y es la mayor razón por la cual el 80% de los pacientes van hacia la cronicidad. Esto se debe a que desconocen que la padecen y cuando es diagnosticada tarde, es más difícil tratarla.

A diferencia de la hepatitis B, donde la mayoría se cura, la C es todo lo contrario. Muchos pacientes van hacia la cronicidad y solo un pequeño porcentaje se cura, provocando mayor riesgo de cirrosis y cáncer de hígado.

Su contagio se da de diferentes formas, entre ellas: el intercambio de jeringas entre personas que usan drogas intravenosas, al compartir utensilios personales como rasuradoras, el uso de la misma aguja en lugares donde tatúan o algún tipo de herramienta que pueda causar lesión en la piel.

Sin la una, no existe la otra: la D

° El virus de la hepatitis D tiene mucha cercanía con el de la B, puesto que el paciente primero debe haber contraído este virus, para luego infectarse con la D, de manera simultánea o con sobreinfección. Es decir, el uno necesita del otro, motivo, por el cual son consideradas infecciones más severas. De acuerdo con la OMS, cuando esto sucede, “se considera la forma más grave de hepatitis vírica crónica, dada por su progresión más rápida hacia el carcinoma hepatocelular y la muerte por fallas hepáticas.

A pesar de ello, es posible combatirla a tiempo con la vacuna de la hepatitis B, que también protege al organismo de la hepatitis D.

Se focaliza en Asia: la E

100El virus de la hepatitis E (VHE), en algunos casos, suele ser autolimitada, pero en otros puede ser fulminante, causando muertes por insuficiencia hepática aguda. Esta es más habitual en países con escasos recursos y acceso limitado a servicios esenciales de suministro de aguas, saneamiento, higiene y salud. Según datos de la OMS, en 2015, esta infección ocasionó aproximadamente 44.000 defunciones.

Si bien la VHE afecta a personas de todas las partes del mundo, esta tiene una mayor prevalencia en Asia Oriental y Meridional. Y, a pesar de que existe una vacuna capaz de prevenirla; solo está autorizada y disponible en su país de producción: China.