Ungido en Quito

En un último conversatorio de algunos aspirantes a la Alcaldía de Quito había más lobbystas que arquitectos, urbanistas y ciudadanos comunes. La exhibición de candidatos parecía el intento desesperado por tejer puentes con cualquier grupo declarado anticorrupción, defensor de derechos humanos, demócratas liberales o ambientalistas. Sin duda el problema mayor está en la ausencia de liderazgo, la ineficiencia administrativa e incapacidad política y poder de convocatoria para resolver problemas acumulados. Entre otros, comercio informal, migración venezolana, fauna canina y tarifas de movilidad, con un silencio cómplice sobre el pasaje del Metro.

El lanzar un plan integral de urbanismo parece que está atado al presupuesto municipal junto a la introducción de plataformas informáticas que resuelvan servicios ciudadanos.

El ungido con óleo sagrado tendrá que direccionar la ciudad con toda la arqueología de saberes, el pago de impuestos prediales, la invasión de barriadas marginales, pero con una explicación coherente del quehacer con lo recaudado en impuestos. Y, transformar el uso del suelo desde la gran infraestructura heredada. Lo que se hará con cada parada de la columna vertebral de la ciudad. Es decir, los candidatos tienen que exponer al electorado una planificación coherente con los presupuestos en la nueva realidad: máquinas y tarjetas de cobro, impuestos de Internet, Wifi en parque, la articulación correcta del Metro, buses, taxis y bicicletas. El desfogue a los valles desde la centralidad.

El turismo y comercio exterior son temas de la empresa privada. Desde que desapareció la feria taurina Jesús del Gran Poder el modelo de ciudad cambió pero sin armonía de ciudad. Un ejemplo: la escasa interconexión de vuelos desde el aeropuerto en Tababela por los impuestos. Faltan planteamientos para contrarrestar los niveles de inseguridad y delincuencia común tanto como la legitimidad de plataformas móviles Uber, Cabify y las que ofrezcan servicios de taxi rutas de calidad a los usuarios.

El reciclaje de basura y bacheo de calles requieren un proyecto de autogestión sustentable autónomo. No puede ser que la Alcaldía sea una simple vitrina política para proyectarse sin pies ni cabeza. El exagerado número de precandidatos grafica la crisis moral e institucional postcorreísta pero además la transición gubernamental con evidentes muestras del conservadurismo populista. ¿No será que solo se trata de llegar a elecciones para mantener el poder de una década?

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@klebermantillac