Sigue creciendo el escándalo de la compañía Odebrecht, la mayor firma de ingeniería de América Latina y foco de la corrupción continental, que entregó sobornos por 788 millones de dólares para quedarse con cerca de 100 contratos en 12 países de la región y de África.
Sus ejecutivos pagaron millonarias coimas, entre otras naciones, en Brasil, Argentina, Venezuela, Panamá (59 millones), Ecuador (33,5 millones), México (10,5 millones) y Colombia, (más de 11 millones) entre otros. En esta última nación, la firma brasileña reconoció haber girado tal suma entre 2009 y 2014 para quedarse con varios contratos y obtener una ganancia de 50 millones de dólares.
En el vecino país se ha iniciado todo un culebrón: el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, es sindicado de “encubrimiento”, al no denunciar delitos de los que supuestamente tuvo conocimiento antes de asumir el cargo. Un escándalo reavivado tras dos extrañas muertes: el auditor de una importante obra, considerado testigo clave en el escándalo de Odebrecht, falleció supuestamente de un infarto el 8 de noviembre. Tres días más tarde, su hijo murió envenenado con cianuro.
Así, la mayor trama de corrupción en la región sigue golpeando a personas públicas y privadas, sindicadas, acusadas o condenadas por sobornos. Y de paso, desbancando a los gobiernos izquierdistas, cuyos presidentes juraban que no robarían jamás. Pero lo peor es que por sus desmedidas ambiciones, dejaron a los países en bancarrota. Un golpe al bolsillo de los ciudadanos y a la democracia.
Al margen de la comida y la bebida, las demás metas de la vida son solo divertimentos”. Rafael Santandreu Escritor, profesor y sicólogo húngaro (1969…)
La muerte sólo tiene importancia en la medida en que nos hace reflexionar sobre el valor de la vida”.