Pinochos

Franklin Barriga López

Dos investigadores de la Universidad de Granada, España, luego de efectuar 60 experimentos, han declarado que no solo es algo de ficción lo que contiene la creación de Carlo Collodi, en su libro “Las aventuras de Pinocho” que, desde el siglo XIX, se convirtió en uno de los cuentos infantiles más exitosos de todos los tiempos.

En la narración del escritor italiano, la nariz de la marioneta creada por el carpintero Gepetto y que obtuvo vida de niño por acción de la vara mágica de la Hada de los Imposibles, crecía cada vez que decía una mentira.

Ahora, los profesores ibéricos aseveran que hay fundamento científico, debido a que se ha demostrado, basándose en la técnica llamada termografía, que la nariz se hincha cuando la persona miente, no crece, pero sí cambia de temperatura, se produce el “efecto Pinocho”.

Se ha dicho que este método es casi infalible, que mide la respuesta emocional en la temperatura de la nariz y la frente, aumenta la exactitud al 80%, un 10% más efectivo del polígrafo, cuyo uso no es completamente fiable por sus deficiencias producto de subjetividades de los resultados obtenidos que no aseguran resultados exactos, lo cual puede aumentar significativamente la probabilidad de condena de personas que en realidad son inocentes, según han manifestado acreditados expertos en la materia.

Varios quiteños, con su proverbial sal, recomiendan aplicar el método “efecto Pinocho” a varios políticos y politiqueros ecuatorianos, debido a la falacia y desvergüenza que exhiben sin inmutarse, aunque hay el peligro –afirman- de que sus narices se incendien al extremo de llamar a los bomberos, por la cantidad de patrañas que utilizan en sus discursos, contrarios a la realidad de lo que predican.

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