El sentido del humor I

Patricio Durán

La manera que adopta la gente en la conquista de su felicidad es fundamental en el desarrollo de su bienestar y del colectivo. Una actitud marcada por el sentido del humor como mejor filosofía para enfrentar la vida va más allá de la pura actitud, ya que los médicos cada vez profundizan más en los efectos saludables del sentido del humor sobre el bienestar físico y mental. El sentido del humor potencia los niveles de relajación física y mental, pero, además, es un antídoto de resiliencia (la capacidad de los seres humanos para adaptarse positivamente a situaciones adversas) fantástico para afrontar las adversidades de la vida.

El sentido del humor muestra la capacidad que tiene una persona de poner un toque divertido al diario vivir a través de la interpretación de los hechos. Evidentemente, el humor en sentido estricto, puede resultar poco apropiado en cierto contexto, por ejemplo, ante la muerte de un ser querido.

La risa y el sentido del humor han evolucionado. Pasaron de ser percibidos como ridiculeces sin sentido a distinguirse como rasgos saludables y positivos de una persona. En los siglos XVIII y XIX los filósofos ingleses desarrollaron concepciones de varios sentidos para discernir la calidad de las cosas. Así empezaron hablar del “sentido de la belleza”, “sentido del honor”, “sentido de la decencia”, “sentido común” –aunque el sentido común es el menos común de los sentidos- y “sentido del ridículo” este último conocido actualmente como sentido del humor.

Posteriormente, el sentido del humor se convirtió en una virtud altamente valorada, al ser considerado como un atributo positivo en el carácter de una persona. Por el contrario, carecer de sentido del humor se consideraba una de las peores cosas que podrían señalarse de alguien. Aunque hay también el “humor negro”. Continuará.