Hospitales para afiliados al IESS

EDGAR QUIÑONES SEVILLA

La Asociación de Jubilados de Esmeraldas, ‘Simón Pacheco Perdomo’, ha planteado en la Asamblea Nacional la impostergable necesidad de que se atienda a esta provincia en el sector de la salud mediante, la puesta en funcionamiento del antiguo hospital ‘Delfina Torres de Concha’ sito en Av. Libertad y Manabí y a la vez se inicie la construcción de una nueva casa de cura para atender la creciente población afiliada al Instituto de Seguridad Social. Los legisladores han expresado su conformidad, pero no se conoce cómo irá a reaccionar el Consejo Directivo del IESS.

La propuesta es justa y sensata, debido a que la atención médica en el IESS hace tiempo que no se cumple de acuerdo con las exigencias e inclusive se han reportado decesos por mala práctica médica y falta de los medicamentos aconsejados para cada caso. La institución responsable ha presentado excusas por los acontecimientos lamentables, mas, han persistido las dudas por tratarse de vidas humanas, lo cual siempre moverá a las reclamaciones. Lo del nuevo hospital del IESS no es de ahora. En la breve presidencia de Jaime Roldós Aguilera, el director general del Instituto, Enrique Gallegos Arends, ofreció construir una nueva casa de cura en la vecindad del colegio ‘Eloy Alfaro’, pero el accidente del 24 de Mayo de 1981, que costó la vida del progresista Jefe de Estado, echó al traste tal aspiración y la propuesta fue olvidada.

Se dijo alguna ocasión posterior que no se contaba con fondos económicos para la obra que Esmeraldas exigía. Sin embargo, antes y después de los reclamos los sindicatos del IESS exigieron y lograron que se les conceda beneficios ilegales y excesivos, para lo cual sí hubo el dinero que eso representaba. Se dio a los servidores aludidos sueldos que superaban en mucho a los de sus patronos (empleados públicos y privados); atención médica en el extranjero; vacaciones pagadas para trabajadores y familiares; bonos mensuales por festividades de toda clase y muchas otras prebendas que en ocasiones hasta sorprendían por su prodigalidad. Se derrochó el dinero de los dueños del IESS, como si fueran propietarios de los pozos petroleros del Oriente Medio.

Esta vez Esmeraldas debe estar atenta para responder como corresponde a la respuesta de los administradores del IESS, que deben ser de los mismos sectores que ahora lo conducen, pero con la idoneidad que las circunstancias demandan. Que los vivarachos no vengan a proponer que el IESS se privatice y los afiliados y jubilados defiendan lo que les corresponde. Nada de nuevos repartos a favor de quienes han venido feriando el dinero del pueblo trabajador del país. El viejo hospital Delfina Torres debe entrar a funcionar ya.