La posibilidad de un juicio político, la destitución del cargo y un proceso penal contra la vicepresidenta María Alejandra Vicuña sacude el tablero político. De “infamia” califica ella las acusaciones sobre el cobro de coimas a sus colaboradores cuando se desempeñó en la Asamblea Nacional. ¿Acusaciones infundadas? ¿Retaliación de excompañeras en el correísmo? ¿Una urdimbre mediática en su contra?
Todo está por verse. Sus adláteres en el régimen, desde arriba y hacia los lados, ven la vía judicial como el único camino posible para esclarecer los hechos de los que se le acusan. Dada su notoriedad política, la presunción de inocencia debe sostenerse con pruebas de descargo verificables, contundentes e incuestionables. En definitiva, debería hacerse en nombre del bien común, por cuanto el interés particular cede ante el general. La suma de escándalos de corrupción antes y durante el gobierno del presidente Lenín Moreno inquieta a la opinión pública. Las pesadas maletas que le dejara el correísmo siguen abonando en su contra, desde este punto de vista. Afectan el manejo político interno, la seguridad interna, las relaciones internacionales y la tan deseada estabilidad económica. Sin embargo, ¿cómo evitar que se tenga la sensación de estar al borde del abismo?
El caso Vicuña en sí mismo constituye una seria amenaza a la convivencia o al consenso democrático. Pudiera conjeturarse que fuera parte del “barrido” que el presidente Moreno quiere hacer en el interior de su equipo de gobierno, que comenzó con la renuncia del gabinete en pleno.
Todo está en tu mente. Un poquito de fantasía aquí y allá. ¡Todo va a salir bien!”. Jimi Hendrix Compositor estadounidense (1942-1970)
Tú vives siempre en tus actos. Con la punta de tus dedos pulsas el mundo. La vida es lo que tú tocas”. Pedro Salinas Poeta español (1892-1951)