En uso de sus facultades constitucionales la Asamblea Nacional devolvió al Ejecutivo la proforma presupuestaria de 2019 con numerosas observaciones. En diez días deberá estar de vuelta con los ajustes y rectificaciones recomendados en su totalidad, algo improbable, o con aquellos que el Presidente y el equipo económico consideran plausibles. La decisión parlamentaria se veía venir, dadas las resistencias que el documento despertó desde varios sectores, en particular en áreas tan sensibles como la salud y la educación.
Este “tira y afloja” entre ambas funciones del Estado se produce en un contexto complejo de nuestra economía que depende en gran medida de los mercados internacionales, en particular el petrolero, siempre volátil e impredecible. Precisamente el tema del precio presupuestado para el barril del combustible es uno de los ejes del desacuerdo. Otro se da en cuanto a que, según legisladores de la oposición y hasta del oficialismo, los esfuerzos por reducir el aparato estatal no son los esperados.
Hay una notable falta de cordura y de realismo de las partes en cuanto al modo en que debe encararse el cambio de modelo económico. Unos pocos quisieran que fuera gradual, otros que se mantenga el anterior (de fuerte contenido populista) y quienes aconsejan medidas radicales en la reducción del Estado y en la eliminación de los subsidios, entre otras cargas presupuestarias. A todos les asiste algo de razón, pero quizás pasan por alto el necesario equilibrio entre lo que se tiene, lo que se desea y lo que se puede. Y que entre la Asamblea y el Gobierno está un pueblo expectante.
¿Cuánto hay que remontarse en el tiempo para descubrir el origen de un problema?”. Philip Roth Escritor estadounidense (1933-2018)
Una meta no siempre se hace para ser alcanzada, a menudo sirve simplemente como objetivo”. Bruce Lee Maestro de artes marciales chino (1940-1973).